EN AL QUOZ, EN LOS EMIRATOS ÁRABES UNIDOS
La víctima era un anciano paquistaní, que según confirman las investigaciones, habló con el condenado con el que compartía trabajo y habitación, para pedirle que apagara la luz del cuarto. Después de que el condenado lo hiciera, un hombre de 44 años también paquistaní, la víctima volvió a increparle porque la luz del móvil que estaba usando su compatriota le molestaba para dormir.
La situación derivó hacia una dura lucha que acabó con la víctima sufriendo un ataque al corazón de fatales consecuencias. "El condenado nos aseguró que apagó la luz cuando la víctima se lo pidió y continuó usando su teléfono", ha explicado un teniente de la Policía de Al Quoz, lugar donde ocurrieron los hechos.
"Cuando la víctima le pidió que dejara de usar su teléfono, porque la luz le molestaba, el condenado afirmó que la víctima salió de la cama y lo agredió", ha indicado el teniente.
Según el oficial de Policía, el condenado negó su culpabilidad alegando que "en un primer momento él no se defendió de la agresión por la avanzada edad del agresor pero viendo que su compañero no paraba de golpearle, agarró por el cuello al anciano y lo empujó hacia su cama".
El condenado ha rechazado su condena asegurando que no es culpable y niega haber sido él quien provocase su muerte.