Austria
Una trabajadora social encontró al niño, de 12 años, en coma a causa del maltrato y la tortura continua que sufría.
20 años de cárcel. Es la condena impuesta del Tribunal Regional de Krems para la madre austriaca que encerraba a su hijo en una jaula de perros. La mujer, de 33 años, y su cómplice, otra mujer de 40 a la que le han caído 14 años, han escuchado sin inmutarse la sentencia.
"Los arranques de llanto no son por remordimiento. Las lágrimas se deben al miedo a las consecuencias", ha asegurado el abogado de la víctima, Timo Ruisinger, en su alegato final.
La historia que ha estremecido al país se destapó el verano pasado cuando la madre fue detenida. Una asistente social descubrió al menor de 12 años en estado de coma. El niño era encerrado de manera habitual en una pequeña jaula para transportar perros. También lo golpeaba y lo sometía a bajas temperaturas tras mojarlo con agua y abrir todas las ventanas de la casa en pleno invierno.
La mujer, a la que se ha diagnosticado un trastorno mental, fue arrestada el pasado mes de noviembre y la policía abrió una investigación por delitos de tortura, abandono de un menor y privación de libertad.
El niño, que fue trasladado en coma a un centro médico, relató más tarde todas estas torturas a los agentes. Ahora el tribunal ha dictaminado que recibirá una indemnización de 80.000 euros.
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