EL TRIBUNAL LO CONSIDERA MENTALMENTE SANO

Condena a 21 años de prisión a Anders Breivik, autor de los atentados de Noruega

Con una sonrisa irónica. Así ha recibido Anders Breivik la sentencia que le condena a 21 años de cárcel y que le considera sano mentalmente. Asimilada la condena, el autor de la matanza incluso ha pedido perdón a los "militantes nacionalistas" por no haber asesinado a más gente durante los ataques.

El responsable de las matanzas de Oslo y Utoya (Noruega), Anders Behring Breivik, se ha desentendido de la condena de 21 años de cárcel que le han impuesto este viernes. Es la pena máxima en ese país y la cumplirá en la cárcel al ser considerado sano mentalmente. Una vez cumplido su encierro, el ultraderechista tendrá 54 años pero no saldrá en libertad si es considerado un peligro para la sociedad. En ese caso seguirá en prisión y su situación se revisará cada cinco años.

Durante el juicio, Breivik se declaró responsable de sus actos y explico que durante años preparó los atentados que costaron la vida a 77 personas. Una que la jueza ha terminado los fundamentos de la sentencia, el acusado ha dicho al tribunal que no recurrirá. Además, ha pedido perdón a los "militantes nacionalistas" por no haber matado a más gente durante los ataques de julio del año pasado.

El responsable de la masacre declaró que el juicio "ha sido ilegítimo" y entiende que cualquier decisión para rebatir la sentencia sería un forma de reconocer al tribunal, lo que no desea. "Desde mi punto de vista, esta sentencia y este juicio son ilegítimos", declaró. "Simultáneamente, no puedo apelar contra ello porque al hacerlo, legitimaría al tribunal", remachó.

Breivik ha pedido perdón a los "militantes nacionalistas" por no haber matado a más gente

El autor de la matanza será recluido en la prisión de Ila, en las afueras de Oslo, en celdas relativamente espaciosas que incluyen una sala de ejercicios, un ordenador y una televisión. Muchos supervivientes y familiares de las víctimas habían reclamado que se declarase sano, ya que, en caso contrario, hubiera disminuido su responsabilidad por los ataques.

Noruega vivió el 22 de julio de 2011 su peor tragedia desde la II Guerra Mundial. Para el autor confeso de la masacre, su acción tenía un motivo. Actuó, según alegó durante el juicio, por "necesidad", en aras de una ideología nacionalista y por odio hacia el multiculturalismo.

Durante diez semanas, un tribunal de Oslo ha escuchado a testigos, expertos y al propio acusado para averiguar los motivos y circunstancias de la matanza, que comenzó con la explosión de un coche bomba frente a oficinas gubernamentales en la capital noruega. Ocho personas fallecieron en este primer ataque, mientras que otras 69 --en su mayoría adolescentes-- perdieron la vida en el tiroteo indiscriminado que Breivik perpetró en un campamento de las juventudes laboristas en la isla de Utoya. En total, resultaron heridas 319 personas.

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