POLÉMICA POR SU ESTRENO
La televisión pública holandesa (NOS) estrena este jueves un nuevo concurso en el que cinco personas a punto de ser expulsadas del país podrán llevarse en sus maletas un premio único de 4.000 euros gracias a sus conocimientos sobre la cultura general de Holanda.
En el concurso, llamado 'Salir de Holanda', participarán cinco jóvenes entre 15 y 23 años que han estudiado, se han formado y han hecho amigos en Holanda pero que tienen que regresar a sus países de origen porque a sus padres, en su día solicitantes de asilo, no les han concedido el permiso de residencia y han agotado el largo camino legal que era su única vía poder quedarse.
La fórmula del concurso, que se emitirá en el tercer canal de NOS, mezcla la frivolidad con lo serio, con lo que ya antes de su emisión ha desencadenado la polémica. El productor del programa, Frank Wiering, aseguró que el objetivo último del programa es "desatar el debate" sobre la política de asilo holandesa, que en muchos casos obliga a los solicitantes abandonar el país tras haber pasado más de una década en Holanda.
Wiering reconoció que al principio la idea de hacer un concurso con inmigrantes cuya expulsión ha sido ya decidida le pareció "horrendo", pero a medida que fue profundizando en la situación de estas personas y en la política de asilo lo consideró una manera de llamar la atención sobre la cuestión de una forma "agradable", sin un componente de "tristeza o pena".
El director de contenidos de la productora VPRO, financiada con fondos públicos, espera que el concurso, en el que los participantes también hablarán de sus vidas, "impacte" y llegue sobre todo a "la gente que toma decisiones en el país".
Por lo pronto, las reacciones de los televidentes no son optimistas, a decir de los comentarios hechos en la página de internet de VPRO, donde el calificativo que más se repite es "de mal gusto". Los seguidores de la productora también critican que se "use" los destinos de estas personas para "entretener" a un público que probablemente en su mayoría será holandés.
Wiering considera sin embargo que cualquiera que vea el concurso, lo hará de forma "amena" pero acabará con "lágrimas en los ojos", con lo que estima que a pesar de tratarse de un "show" se transmite al público los problemas de la política de asilo holandesa.
Holanda, un país donde viven unos 700.000 musulmanes y en algunas ciudades como Rotterdam hasta un 50% de la población es de origen extranjero, ha endurecido en los últimos años su política de inmigración, reduciendo los flujos de entrada de inmigrantes.
Uno de los puntos más criticados de la política de asilo es que el proceso legal que tienen que seguir los solicitantes se prolongue en casos hasta más de 10 años, con lo que los hijos de los aspirantes se han criado y educado en Holanda y les resulta difícil volver a sus países de origen, frecuentemente con una cultura mucho más cerrada que la holandesa.
El ministro de Inmigración y Asilo, Gerd Leers, revirtió recientemente la orden de expulsión a una familia originaria de Afganistán porque la hija de la pareja, una joven de 14 años, se habría "occidentalizado" de tal manera en Holanda que complicaba su integración en la sociedad afgana.