EN WASHINGTON PREDOMINA LA PREOCUPACIÓN POR EL MEDIO AMBIENTE
Katrine Spade es la fundadora y directora general de la empresa Recompose, encargada de procesar los cadáveres humanos para su uso después de la defunción.
Gracias a Spade y a un grupo de investigadores, diseñadores y legisladores, el estado de Washington está a punto de convertirse en el primer estado donde la composta humana sea legal en el país.
La propuesta, realizada por Jamie Pederson, fue aprobada en el Senado por unanimidad el pasado mes de marzo. Para Pederson, la composta humana es una iniciativa que encajaría perfectamente en un estado como Washington. Un estado en el que predomina la preocupación por el medio ambiente.
El proceso de reducción natural orgánica produce 0,76 metros cúbicos de tierra por cadáver, lo que equivale a dos carretillas grandes. Pederson aclaró que las mismas leyes aplicadas a la incineración de los cuerpos, se aplique también a la composta.
De esta manera, los familiaries pueden mantener el abono en urnas, usarlo para plantar un árbol en propiedad privada o esparcirlo en terrenos públicos del estado, siempre y cuando se cumpla con las regulaciones existentes relacionadas a restos humanos.