Elecciones Francia
Emmanuel Macron ha ampliado su ventaja ante Marine Le Pen en los últimos días. El actual presidente saca 12 puntos de ventaja a su contrincante, pero aún quedan dos factores clave por aclarar: a dónde irá el voto de la izquierda y cómo influirá la abstención.
Emmanuel Macron y Marine Le Pen han despejado su agenda para preparar el debate electoral de mañana, miércoles, que se anuncia como decisivo. Los últimos sondeos sitúan al actual presidente 12 puntos (56%) por delante de la candidata del antiguo Frente Nacional, ahora Agrupación Nacional (44%). Todos los partidos salvo el de Zemmour y el de Melenchon han pedido el voto para Macron, pero sigue contando con importantes debilidades de cara a un electorado poco motivado.
En las últimas semanas, el actual presidente ha tratado de mostrarse como un líder cercano. Por ejemplo, con las recientesfotos publicadas con la camisa abierta o la de hace semanas en sudadera y sin afeitar. Pero, lo cierto, es que los analistas apuntan a la presencia de cierto "antimacronismo" en la sociedad francesa y su iniciativa de cambiar la Constitución francesa para recuperar los mandatos de siete años no parece una buena idea en campaña, ya que refuerza su faceta impopular, de hombre distante con más superioridad intelectual que empatía.
Ningún presidente francés ha suscitado un odio tan visceral como Emmanuel Macron: los analistas destacan los episodios en los que Macron se encara con las personas que le interpelan o insultan por la calle; explican que Macron argumenta, pero hay quien lo puede ver como un soberbio porque no escucha; también está el sentimiento generalizado de que traicionó a Hollande y fue candidato sin ser diputado y a otros les molesta su matrimonio con una mujer 24 años mayor. El caso es que no hay una causa común, pero el "antimacronismo" ahí está pese a que Macron parte como favorito para la reelección.
Si se pone el foco en su labor como presidente, Emmanuel Macron no ha sido calamitoso en los últimos cinco años. Ha tenido que hacer frente a dificultades como la revuelta de los chalecos amarillos, la crisis económica, la pandemia y la guerra de Ucrania, y ahora, el llamado "presidente de los ricos", tiene por delante el reto de impedir que la extrema derecha llegue a El Elíseo.
La movilización de los que se abstuvieron en la primera vuelta y el voto progresista serán decisivos en la segunda vuelta del 24 de abril para decidir quién será el jefe del estado de Francia durante los próximos cinco años.