Nueva York
Las Navidades del coronavirus han dado su pistoletazo de salida en Nueva York con el encendido de luces del árbol gigantesco de Rockefeller Center, aunque este diciembre, debido a la pandemia de COVID-19, la ceremonia solo pudieron vivirla en primera línea un conjunto reducido de personas mientras que el resto ha tenido que seguirla a través de la televisión.
El árbol de la Navidad 2020 para los neoyorquinos es un abeto canadiense de casi 23 metros de alto y 11 toneladas de peso, que viajó hasta la Gran Manzana hace poco más de dos semanas desde la localidad de Oneonta, a más de 270 kilómetros de la ciudad de los rascacielos, y se iluminó con más de 50.000 luces LED multicolor. En lo alto de la copa del árbol se alzó una estrella diseñada en 2018 por el arquitecto Daniel Libeskind, formada por unos 3 millones de cristales Swarovski, por lo que su peso asciende a unos 400 kilos.
No faltó la sorpresa en la ceremonia y es que entre las ramas del abeto canadiense esta escondido un pequeño búho que fue encontrado con la llegada del abeto a Manhattan tras haber pasado dos días de viaje metido en un camión. La pequeña ave fue bautizada con el nombre de 'Rockefeller' o 'Rocky' y que ha sido trasladada para su recuperación al Ravensbeard Wildlife Center.
El primer árbol de Navidad que quedó instalado en el lugar fue colocado en 1931 por trabajadores de la construcción en el sitio donde se estaba levantando el Centro Rockefeller. La primera ceremonia formal del encendido de las lunes se desarrolló en 1933 y la tradición se ha mantenido desde entonces con algunas variaciones.