NO DEJARON HUELLAS, PERO LAS CÁMARAS LES GRABARON
En la Semana Santa de 2015 en Hatton Garden, Londres, el conocido como 'barrio de los diamantes', las cajas de seguridad de una cámara acorazada fueron desvalijadas. Un total de 18 millones de euros en joyas se 'evaporaron'.
Detrás de ese robo de película había un sorprendente reparto: una banda de jubilados en la que el mayor tenía 76 años y 58 el más joven. La vieja escuela en el golpe de su vida en la que se requerió poco o nada de tecnología, simplemente su olfato y su experiencia delictiva.
Camuflados de trabajadores de una compañía de gas sacaron el botín en varios contenedores, y pese a su avanzada edad se descolgaron por el hueco del ascensor hasta el sótano. Con un taladro industrial abrieron un boquete que les dio paso a las codiciadas cajas de seguridad.
Durante el robo sonó una alarma, pero al ser Viernes Santo no hubo ni rastro de policías. Los ladrones no dejaron huellas físicas, pero las cámaras de seguridad grabaron sus movimientos.
Ahora, ha comenzado el juicio en Londres y en el banquillo esperan el veredicto tres de ellos, ya que el cuarto, enfermo de cáncer, sufrió hace poco un derrame cerebral y no ha podido asistir a la vista. Parte de las joyas no han sido recuperadas y otras se escondieron bajo una lápida.