Congreso histórico
El Congreso, al que asisten 2.300 delegados, servirá a Xi Jinping para afianzar aún más su poder con un tercer mandato.
En el palacio del pueblo de Pekín los aplausos han durado el tiempo necesario para alabar al líder indiscutible de China, es decir mucho. El liderato de Xi Jinping es incuestionable y el ruido no oculta que su poder se agranda.
Todos esperan que sea elegido 5 años más y que coloque a sus hombres en el gobierno. Su China es menos pobre pero más controlada. La política antiCOVID fue un ejemplo. Para Xi Jinping, todo un éxito.
"Hemos protegido la salud de la gente en la mayor medida posible", lanzaba Jinping al auditorio.
Éxito también el cerco a la autonomía de Hong Kong. "Restauramos el orden", ha mantenido el presidente.
Un discurso de triunfalismo
Y un aviso a Taiwán; quiera o no forma parte del país. "Las ruedas de la historia avanzan hacia la reunificación".
El discurso perfila también los desafíos futuros.
La segunda economía más grande del mundo se está desacelerando. Pero el reto no es solo económico, Xi Jinping quiere fortalecer su ejército y mantener un status quo internacional que le beneficia.
"China se opone a la mentalidad de la Guerra Fría", ha declarado el líder comunista, y ha añadido: "Se opone a la interferencia en los asuntos internos de otros países y se opone al doble rasero".
Casi dos horas en las que el mandatario ha mencionado la palabra seguridad o protección 73 veces frente a las solo 16 de reformas. Hace 5 años era lo contrario.