PERSONA DEL AÑO 2014
Los "luchadores" contra el ébola, los hombres y mujeres que han combatido el brote de Africa Occidental en primera línea, han sido elegidos por la revista 'Time' como personaje de 2014 y suceden al Papa Francisco en una simbólica portada que resume, año tras año, los símbolos de cada momento.
The Ebola Fighters are TIME’s Person of the Year for 2014. http://t.co/0s4PQnYYeA #TIMEPOY pic.twitter.com/lnj4OLjMc1
— TIME.com (@TIME) December 10, 2014
Como ocurriese en 2011, cuando 'Time' designó al manifestante como personaje del año, los editores de la revista han vuelto a reconocer a un colectivo. En esta ocasión, los "luchadores contra el ébola" ocupan las cinco portadas que ha elaborado la publicación.
La directora de 'Time', Nancy Gibbs, ha explicado la decisión aludiendo a la "pesadilla" en que se ha convertido una enfermedad mortal que, hasta ahora, había permanecido recluida en Africa. El brote, que ya se ha cobrado más de 6.000 vidas en Guinea, Sierra Leona y Liberia, ha afectado a médicos y enfermeros de una manera "sin precedentes".
"Cualquiera que trate a víctimas del ébola corre el riesgo de convertirse en una", ha indicado Gibbs, que considera "héroes" a quienes se arriesgan para ayudar a los enfermos. 'Time' recoge los testimonios de algunos de estos "luchadores", entre ellos el del norteamericano Kent Brantly, que sobrevivió a la enfermedad tras ser repatriado a Estados Unidos.
Para 'Time', la del ébola es también la epidemia del "miedo". La directora de la revista ha recordado los casos de un instituto de Ohio que no admitía inscripciones de alumnos de Nigeria o el sacrificio del perro Excalibur, de la auxiliar de enfermería española Teresa Romero. Asimismo, ha apuntado que "#VamosAMorirTodos fue tendencia en Twitter" tras conocerse el primer contagio en España.
"El ébola es una guerra y una advertencia. El sistema de salud global ni se acerca a mantenernos a nosotros seguros de enfermedades infecciosas, y nosotros significamos todos", ha añadido Gibbs, que ha concluido su texto recordando que gracias a la lucha de unos pocos trabajadores sanitarios, "el resto del mundo puede dormir".