DESPUÉS DEL ASESINATO DE LOS REHENES DE LAS FARC
Los colombianos tomaron las calles y las plazas de sus principales ciudades y pueblos para dar un ultimátum a los violentos y exigir la liberación de todos los secuestrados, en una jornada marcada por la exigencia de la paz en un país que vive un conflicto interno desde hace casi 50 años.
"Una respuesta a la provocación de las FARC al asesinar a estos cuatro héroes de la patria"
Este grito de paz, que se trasladó a otras ciudades de América Latina, Estados Unidos y Europa en forma de marchas espontáneas y actos pacíficos de protesta, se hizo sentir especialmente en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá, llena de ciudadanos, autoridades y familiares de secuestrados.
En medio de una intensa lluvia, colombianos de todas las edades, con camisetas blancas y banderas tricolor del país sudamericano, reclamaron la libertad de hasta 103 secuestrados y desaparecidos con vítores y pancartas en las que se leían leyendas de rechazo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Colombia hoy se va a hacer sentir y van a entender ellos que no sólo rechazamos sus actos, no solamente vamos a decir no más FARC sino que vamos a decir libérenlos ya. Este es un ultimátum", afirmó uno de los promotores de la iniciativa, el periodista Herbin Hoyos, quien lidera la Caravana por la Libertad.
La caravana de Hoyos, formada por motocicletas que han recorrido toda Colombia pidiendo la libertad de los secuestrados, llegó al mediodía a la Plaza de Bolívar, donde ya estaba concentrada una gran multitud.
Esta movilización "es una respuesta a la provocación de las FARC al asesinar a estos cuatro héroes de la patria", aseveró Hoyos al recordar el asesinato por parte de los rebeldes de los policías Edgar Yesid Duarte, Elkin Hernández y Álvaro Moreno, y del sargento mayor del Ejército José Libio Martínez, el 26 de noviembre tras más de diez años cautivos.
El espíritu del 4 de febrero de 2008
Asimismo deploró la capacidad de la violencia para arrebatarle a Colombia a sus hijos, hermanos y padres, como es el caso de la hija del coronel Duarte, Viviana, a quien sorprendió la muerte de su padre cuando recorría el país en moto con la Caravana por la Libertad.
"Él era mi papá biológico, pero allá en la selva todavía quedan mis padres de corazón. Todas estas personas que están aquí están luchando por ellos para que salgan libres y no tengan que sufrir más esas secuelas del secuestro", señaló la joven.
Familiares de rehenes que permanecen en la selva, exsecuestrados que recuerdan el alivio que las marchas les causaban en su cautiverio, ciudadanos comunes y miembros del Gobierno, incluido el propio presidente Juan Manuel Santos, se sumaron hoy a las movilizaciones.
Esta movilización buscó mantener vivo el espíritu del 4 de febrero de 2008, cuando millones de personas salieron a las calles en Colombia y otros países para exigir la liberación de los cautivos de las FARC, en la que se considera todavía la mayor marcha global contra el secuestro.