Con una técnica de hace 100 años
El científico irlandés Martin Tangney, originario de Cork, Irlanda, probó con éxito un biocombustible derivado del whisky en un Ford Focus sin ningún tipo de modificación.
No es necesario realizar cambio alguno al motor del coche, lo que significa que el combustible ideado por Tangney, un biocombustible derivado del whisky, podría convertirse en un reemplazo directo de la gasolina.
Según comenta el diario Irish Examiner, su innovación puede suponer una revolución para el transporte sostenible, y además, se podrían producir millones de litros del nuevo combustible a partir de los residuos de la industria del whisky.
El profesor Tangney es el presidente del Centro de Investigación de Biocombustibles de la Universidad Napier de Edimburgo y fundó en 2012 Celtic Renewables.
Su compañía trabaja con la destilería de whisky Tullibardine y ha adaptado su proceso de destilado, una técnica de más de 100 años, para producir el nuevo biocombustible.
El proceso fue concebido en el Reino Unido a principios del siglo pasado para producir acetona para explosivos utilizados en la Primera Guerra Mundial, pero fue eliminado gradualmente en los años 60 debido a la competencia de la industria petroquímica.
El profesor Tangney adaptó este proceso para trabajar con los residuos. Cada año, sólo en Escocia, la industria del whisky de malta produce casi 750.000 toneladas de estos residuos.
Recientemente, la compañía recibió nueve millones de libras del gobierno escocés.