Afganistán
Los talibanes perdieron el poder tras la ofensiva de EEUU en el marco de la operación 'Libertad Duradera'. Los talibanes fueron acusados de hospedar al líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden.
Las autoridades trabajan sin descanso para evacuar cuanto antes a las personas que continúan en Afganistán. España ha enviando personal de refuerzo, tanto militares como diplomáticos. Lo más peligroso es citar a las personas que van a evacuar en un punto seguro, que salgan de sus escondites y logren escoltarles hasta el aeropuerto.
La Unión Europea mantiene contactos operativos sobre el terreno con los talibanes, pero no ha tenido conversaciones políticas ni reconoce su régimen, y advierte: las ayudas al país son condicionadas y no habrá ni un euro si se vulneran los derechos y libertades de las mujeres.
Origen del conflicto
En 1979, la Unión Soviética, en plena Guerra Fría, invadió Afganistán para colocar en Kabul a un gobierno comunista afín. En 1989, con la URSS herida de muerte, los muyahidines, afganos y extranjeros, derrotaron a las tropas de la Unión Soviética en Afganistán tras 10 años de guerra.
En ese momento, los talibanes prometieron orden y seguridad en su ofensiva para gobernar el país. En 1996, la guerrilla tomó el control de Kabul y sacó del poder al líder muyahidín Burhanuddin Rabbani, uno de los héroes de la victoria frente a los soviéticos. Los talibanes instauraron en ese momento un régimen integrista sobre la interpretación rigurosa de la ley islámica.
El 11 de septiembre de 2001 Al-Qaeda, liderada por Osama Bin Laden, llevó a cabo el mayor ataque terrorista jamás realizado en suelo estadounidense. Los funcionarios identificaron al grupo militante islamista al-Qaeda y a su líder Osama Bin Laden, el cual estaba bajo la protección de los talibanes, como responsables del ataque. Un mes después de los atentados de Nueva York y tras la negativa de los talibanes a entregar a Bin Laden, EEUU inicia la operación 'Libertad Duradera', apoyado por Reino Unido. En noviembre de ese mismo año las fuerzas opositoras toman las principales ciudades afganas, lo que supuso el fin del régimen talibán.
El error de los talibanes
Hospedar al líder Al Qaeda, Osama Bin Laden, y permitirle planear desde suelo afgano los atentados del 11-S fue un error que los talibanes pagaron con la pérdida del poder y que han madurado durante dos décadas.
Los ataques contra el Pentágono y las Torres Gemelas "fueron el pretexto que sirvió a Estados Unidos para invadir nuestro país", reconocía ya en 2011 en declaraciones a Efe el que había sido el último ministro de Exteriores del régimen talibán, Wakil Ahmed Muttawakil.
Una década después los talibanes han recuperado el gobierno y han querido dar a entender a la comunidad internacional que han aprendido la lección de hace veinte años; aseguran que no buscan enemigos y pretenden mantener "buenas relaciones con todo el mundo".
A diferencia de otros grupos islamistas como la propia Al Qaeda y el Estado Islámico, los talibanes no han atentado en Occidente. Pero su ideología sigue vertebrada por la yihad, que exige llevar la guerra santa allá donde se encuentre el infiel. Y en el territorio bajo su control la sharía o ley islámica somete al creyente a un severo, si no brutal, código de conducta.