21 CONFERENCIA DE LAS PARTES, COP21

Las ocho claves para entender la Cumbre del Cambio Climático París 2015

Mañana comienza la Cumbre del Clima de París (21 Conferencia de las Partes, COP21) que reunirá a representantes de 195 países con el fin de alcanzar un pacto global en la lucha contra el cambio climático.

Tras la cumbre del cambio climática celebrada en Copenhague en 2009, después de que los países fallaran en el intento de alcanzar un acuerdo, similar a este que se presenta ahora en París, las evidencias del cambio climático se han multiplicado: aumento de temperatura de 1,02 grados desde la época preindustrial, récord histórico de concentración de CO2 en la atmósfera (400 partes por millón) o el año más cálido de la historia: 2014.

Así, representantes de 195 países acudirán las dos primeras semanas de diciembre a la Cumbre del Clima de París (21 Conferencia de las Partes, COP21) con el fin de alcanzar un pacto global de lucha contra el cambio climático que realmente sea efectivo. Estas son algunas claves para entender la cita internacional del año:

El Papa Francisco ha dedicado una Encíclica al cambio climático considerando que combatirlo es "una cuestión moral" y del "bien común"

Objetivo princial de la cumbre:
Su objetivo es acordar un pacto que gestione el proceso mundial de descarbonización para que la temperatura del planeta no supere los peligrosos 2 grados a finales de siglo, así como para colaborar en la adaptación a los impactos que producirá el cambio climático aún cuando no se supere ese límite.

Un paso hacia el fin de los combustibles fósiles:
La finalidad del pacto es marcar el principio del fin de los combustibles fósiles, enviando un mensaje contundente a los mercados de la apuesta política mundial por una economía baja en carbono. Este objetivo se debe materializar en el texto con una fecha para las emisiones mundiales toquen techo, otra de reducción para 2050 y el fin de las emisiones en 2100.

¿Es el momento idóneo para alcanzar un acuerdo?:
¿Habrá acuerdo? Cómo gustan decir los negociadores de la ONU "nada está decidido hasta que se decide". La Cumbre de Copenhague despertó tantas o más expectativas que París y acabó en un infructuoso debate entre países ricos y pobres sobre a quién le correspondía afrontar el problema.

Sin embargo, nunca antes ha existido un momento político tan favorable al acuerdo climático: China y Estados Unidos han rubricado un compromiso para luchar juntos contra el calentamiento; y los países del G7 han emitido una declaración comprometiéndose a poner fin a los combustibles fósiles en 2100.

Además, El "clima" también es favorable en lo económico: 200 multinacionales han pedido a los países que pongan precio al carbono; las 10 mayores petroleras han creado una coalición para formar parte de las soluciones; las renovables abastecieron el 9,3% de la demanda energética mundial en 2014 y su precio se ha abaratado notablemente en la última década (un 80% en el caso de los paneles solares).

Hasta el Papa Francisco ha dedicado una Encíclica al cambio climático considerando que combatirlo es "una cuestión moral" y del "bien común"; y los líderes islámicos le han secundado con una declaración apelando al compromiso climático de los 1.600 millones de musulmanes.

Principales desacuerdos que surgirán en la cumbre:
Los tres principales puntos de desacuerdo en la negociación son la financiación para mitigación y adaptación al cambio climático en los países más vulnerables; la diferenciación o no entre países ricos y pobres y la ambición del acuerdo más allá de una mera declaración de intenciones.

El acuerdo entraría en vigor en 2020, tiene vocación de perdurar hasta 2050 y sustituiría la segunda fase del Protocolo de Kioto

Inversión para desarrollar el pacto:
Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los compromisos requerirían una inversión de 13,5 billones de dólares hasta 2030, y en el caso de los países pobres están condicionados a la recepción de ayuda internacional.

Revisión del compromiso:
Los países plantean crear un mecanismo para revisar sus objetivos al alza cada cinco años, de manera que con el tiempo vayan siendo más ambiciosos y se pueda alcanzar el límite de los 2 grados antes de finales de siglo.

Periodo de validez:
El acuerdo entraría en vigor en 2020, tiene vocación de perdurar hasta 2050 y sustituiría la segunda fase del Protocolo de Kioto, aunque a diferencia de éste, que sólo incluía a un grupo de países industrializados que representan el 11 % de las emisiones, el nuevo acuerdo incluye responsabilidades para todos los países y cubriría casi el 100 % de los gases.

Tareas pendientes:
Aunque haya acuerdo, París dejará tareas pendientes como la creación de un mercado único de CO2; fijar un precio internacional al carbono o concretar planes que den respuesta a fenómenos por venir, independientemente de lo que ocurra, como el de los refugiados climáticos.

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