Este de Europa
El conflicto de Rusia y Ucrania ha desatado una escalada de las tensiones entre ambos países sin precedentes. Sin embargo, desde hace varios años Kiev y Moscú viven en una constante tensión en sus fronteras.
El conflicto entre Rusia y Ucrania no es nuevo. El origen de las disputas entre ambos países se remonta años atrás y la postura de Rusia es que ambos países son una única nación de raíces milenarias, unida por el cristianismo ortodoxo, el idioma, las raíces eslavas de su nacimiento (Moscú considera que las tribus del este de Europa que dominaban la zona en la Edad Media y que nacieron en la región de Kiev son el origen de su historia), así como otros aspectos culturales y políticos comunes.
En los últimos días se ha producido una escalda sin precedentes en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Por su parte, Ucrania ha advertido de que Rusia ha desplegado más de 100.000 soldados en la frontera y ha asegurado que esta está "lista" para atacar, un extremo que Rusia ha negado. Por otro lado, Estados Unidos ha advertido de que en caso de que se produzca dicho ataque será "un desastre para Rusia". Por último, Europa también amenaza al Kremlin con "sanciones masivas".
2013: Se suspende el acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE
En 2013, el presidente de Ucrania, el prorruso Victor Yanukóvich, suspende el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Para llegar a este extremo, Putin presionó a Yanukóvich a cambio de importantes ventajas económicas como la reducción del precio del gas. En este sentido, a Rusia le interesa mantener el control de Ucrania. Por un lado, para evitar que se difundan ideas liberales cerca de su territorio y, por otro, con un componente geopolítico por el que quiere evitar bases de la OTAN en su frontera y así mantener su poder y hegemonía como nación.
2014: Revueltas en Ucrania contra Yanukóvich
La no-asociación entre Rusia y la Unión Europea provocan una serie de revueltas en el país contra el Gobierno y, en especial, contra su presidente que acabaron en graves incidentes donde murieron 100 personas. Estas protestas tuvieron lugar con especial fuerza en la parte occidental. No obstante, un 30% de la población Ucraniana habla ruso y, al menos, un 17% se consideran parte de Rusia.
2014: El papel de Crimea
En 2014, mientras tenían lugar las protestas en el país, en Crimea militantes prorrusos se enfrentaron a partidarios de la unidad de Ucrania con el apoyo del Kremlin. Como consecuencia de esta situación, en marzo se celebra un referéndum en el que gana la anexión de Crimea a Rusia con un 97% de los votos. Sin embargo, este se llevó a cabo entre acusaciones de fraude y su resultado no está reconocido por las potencias occidentales. De hecho, la OTAN congela su colaboración y Estados Unidos y la Unión Europea imponen sanciones, pero no hubo despliegue militar.
2014: Donbás, un nuevo Crimea
En la primavera de 2014, los acontecimientos de Crimea se repiten en la región de Donbás. Separatistas de Donetsk y Lugansk reclaman unirse a Rusia, de nuevo con el apoyo del Kremlin y, de nuevo, sin la aceptación ni el apoyo del resto de agentes. Estas regiones quedaron divididas en dos zonas.
2014, 2015 y 2016: Intentos de paz
El primer acuerdo fue el conocido como Minsk I, que no se cumplió. A este le siguió Minsk II, por el que Ucrania, Rusia, Francia y Alemania firmaron un acuerdo para poner fin a la guerra, supervisado por Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, sin embargo, este apenas duró y siguieron los enfrentamientos constantes en la zona. En 2016, se volvieron a reunir, nuevamente sin avances.
2018: Mar de Azov
Desde 2018, Ucrania ha denunciado en reiteradas ocasiones que Rusia pretende controlar el estrecho de Kerch, clave para la salida al mar y el comercio ucranianos. El mar de Azov es una superficie de 37.600 kilómetros que se extiende por las costas de Rusia, Ucrania y Crimea. Putin ha atacado varias embarcaciones de la Marina de Ucrania, alegando que han entrado en territorio ruso. Por su parte, Ucrania le acusa de bloqueo.
2021: Rusia se moviliza
Desde principios de 2021, Rusia ha empezado a acumular tropas en la frontera con Ucrania, una decisión que podría estar motivada por los nuevos intentos del Gobierno ucraniano de reactivar acercamientos con Europa y su adhesión a la OTAN. Este despliegue de tropas, no ha pasado inadvertido para la Organización del Tratado del Atlántico Norte que ha exigido en diversas ocasiones a Rusia que devuelva Crimea a Ucrania, aunque esta ya es rusa de facto.
Diciembre 2021-Enero 2022: Crecen las tensiones
Desde finales del año 2021 las tensiones entre ambos países no han dejado de crecer, lo que ha puesto en alerta a las potencias occidentales. Ambos países han empezado a movilizar a sus Ejércitos en la frontera. Mientras, la OTAN prepara también un despliegue (en el que España participa) para disuadir a Rusia de cualquier ataque y Estados Unidos y la Unión Europea advierten de fuertes sanciones. Se han también dos reuniones entre Washington y Moscú, entre los días 11 y 12 de enero, sin demasiados avances y ante el escepticismo y la desconfianza de entre ambos.
Estados Unidos alerta de un sabotaje ruso a Ucrania para justificar una posible invasión. En estos meses, Putin ha enviado tropas a Bielorrusia, en el norte, y a Kazajistán, al este del país, para frenar posibles movimientos en favor de la democracia. Ahora, quiere evitar que Ucrania se decante por unirse a la OTAN. Rusia, además, no solo exige que Ucrania no sea miembro de la OTAN, sino que cese toda su cooperación con las potencias occidentales y que la presencia de las fuerzas de la OTAN sea mínima en 13 países que han sido satélites soviéticos a lo largo de la historia, desde las repúblicas bálticas hasta Bulgaria o Rumanía.