Rusia
Fue un crimen casi perfecto. Pero tuvo sus fallos, como suele pasar. La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera a Rusia "responsable" del asesinato del exespía y opositor Alexander Litvinenko, envenenado en 2006 en Reino Unido. Moscú siempre ha negado cualquier participación en el asesinato del exespía. Repasamos todo lo que ocurrió en Reino Unido aquel mes de noviembre de 2006.
Hace 15 años, el envenenamiento de Alexander Litvinenko tras tomarse un té en un café de Reino Unido sorprendió y preocupó a medio mundo. Detrás había una historia de venganza con exmiembros del KGB ruso implicados.
¿Quién era Alexander Litvinenko?
Antiguo miembro de los servicios de inteligencia rusos, el KGB, Litvinenko estaba especializado en la investigación del crimen organizado. Huyó de Rusia a Reino Unido y se hizo ciudadano británico. Allí se convirtió en un feroz crítico del presidente Vladimir Putin y recibía un sueldo del servicio secreto británico, MI6.
Miércoles 1 de noviembre de 2006. Alexander Litvinenko es captado por cámaras de seguridad camino a encontrarse con dos excolegas de la inteligencia rusa. Las imágenes lo muestran camino del conocido Millennium Hotel en Mayfair, en pleno corazón del barrio diplomático de Londres. Dentro del hotel, Litvinenko se toma un té. Lo que ignoraba es que la bebida estaba cargada con una sustancia venenosa llamada polonio radiactivo.
Una casualidad permitió averiguar que fue envenenado con polonio-210
El ruso comenzó a sentirse mal horas después de abandonar el bar del hotel. El 3 de noviembre ingresó al hospital con vómitos y mucho dolor. Les dijo a los doctores que creía haber sido envenenado. Se le había caído el pelo. Le sometieron a pruebas para medir una posible radiación pero los resultados fueron negativos en la mayor parte de los datos, excepto por uno que presentaba un pequeño aumento en sus niveles de sangre. Por pura casualidad, un científico que había trabajado en las primeras décadas del programa de bombas atómicas británico escuchó al pasar la discusión sobre los análisis de sus colegas. Lo reconoció de inmediato: la pequeña señal de rayos gamma correspondía a polonio-210, un componente vital de las primeras bombas nucleares.
El sistema inmune de Litvinenko había sido destruido por completo y continuaba empeorando. Nunca se recuperó. Días después, el 23 de noviembre, fallecía.
Envenenamiento con Polonio-210
La investigación de Reino Unido sostiene que el exguardaespaldas de la KGB, Andrei Lugovoi, y el empresario ruso -y también exagente de la KGB- Dmitry Kovtun, los dos hombres con los que se reunió Litvinenko en el hotel, envenenaron deliberadamente al ruso, probablemente administrándole la sustancia radiactiva en su taza de té.
Cuando se confirmó que el envenenamiento era radiactivo, Marina Litvinenko, su pareja, tuvo apenas 20 minutos para recoger algunas de sus pertenencias y salir de su casa. La alarma cundió. Un hombre había sido envenenado en pleno centro de Londres con una sustancia radiactiva. El comité de contingencia civil británico, Cobra, se reunió cuatro veces en una semana. Estaban preocupados por causar una alarma generalizada si cerraban los hoteles y los comercios donde podría haberse extendido el veneno. Se encontraron rastros de polonio en trenes y estaciones de la red del metro de Londres, en el avión donde viajaron los involucrados, en restaurantes, hoteles y hasta en un estadio de fútbol. La información se mantuvo en secreto para evitar una ola de pánico general. Más de 40 lugares estaban contaminados.
Se encontraron restos de polonio en trenes y estaciones de metro
Los dos hombres con que se reunió Alexander Litvinenko en el hotel Millennium, Andrei Lugovoi y Dmitry Kovtun, se convirtieron en los principales sospechosos.
Se había encontrado rastro de polonio también en un restaurante de sushi donde Litvinenko se había reunido con sus dos "amigos" semanas antes de la cita en el hotel. Se cree que ese día fue el primer intento de asesinato.
Así fue la investigación
Una de las razones por las que Litvinenko era persona non grata para el gobierno de Rusia era su libro "Rusia dinamitada", que investigaba lazos con la mafia y en las que acusaba directamente a Putin de corrupción, e incluso de estar detrás de ataques por los que fueron culpados los chechenos como el de Moscú en septiembre de 1999.
Rastros de polonio en trenes y estaciones de la red del metro de Londres
La viuda de Litvinenko, Marina, llevó el caso contra Rusia al Tribunal de Derechos Europeo, que estuvo de acuerdo con la conclusión de la investigación de Reino Unido. Los investigadores concluyeron que el hecho de que Rusia no refutara las afirmaciones de que había organizado el asesinato apuntaba aún más hacia la responsabilidad del Estado. Tanto Lugovoi como Kovtun han negado cualquier participación en el asesinato. Un año después de la muerte de Litvinenko, Lugovoi se convirtió en miembro de la Duma Estatal, la cámara baja del parlamento ruso, por un partido nacionalista de derecha, lo que le daba inmunidad para no ser juzgado. También fue condecorado por el propio presidente Putin por sus servicios a la patria. Condenó la investigación pública de Reino Unido como "un espectáculo y una mentira abierta".
Sin embargo, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo determinó que "más allá de toda duda razonable" los dos hombres llevaron a cabo el envenenamiento, desde la compleja obtención de "veneno poco frecuente y mortal", hasta los arreglos de viaje y los repetidos y sostenidos intentos de envenenar a Litvinenko. También estableció que Rusia debería pagar a la viuda de Litvinenko 122.500 euros. Una suma que nunca le ha llegado. Marina conserva su nacionalidad rusa pero no ha vuelto a viajar a su país.