DEMOGRAFÍA
Por paradójico que pueda parecer, China, el país más poblado del mundo, tiene un creciente problema de escasez de mano de obra debido al rápido envejecimiento de su población, que se esperaba frenar con el gran cambio de 2016 sin que al parecer haya habido mucho éxito.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud de China, los chinos en la tercera edad, que actualmente representan un 17,3% de la población, subirán al 34,9% en 2050 (487 millones), lo que puede plantear graves problemas para el futuro del país. Al régimen no le salen las cuentas sobre cómo pagar los enormes gastos médicos y de pensiones que supondría una China en la que más de la tercera parte de la población sea anciana.
Décadas de promoción de la idea de que la "familia perfecta" era de tres, unida al alto coste de criar un niño y la discriminación que muchas empresas chinas ejercen sobre las mujeres embarazadas han contrarrestado la medida tomada hace dos años: muchos jóvenes siguen queriendo tener solo un bebé, o ninguno. "Vamos a tener dos hijos porque emigramos a Australia, pero si me quedara en China ni me lo plantearía", cuenta a Efe Cui Hongbo, un joven de 31 años recién casado.
Autoridades, familias y expertos parecen coincidir en que el cambio de 2016 fue poco efectivo, por lo que está ganando cada vez más fuerza la idea de que Pekín permita a las familias chinas tener los hijos que quieran, e incluso que les incentive para ello con ayudas económicas.
Abortos forzosos o hijos criados a escondidas fueron algunos de los efectos negativos de una política especialmente perjudicial para la mujer, por el abandono de millones de niñas o los abortos selectivos de fetos femeninos que han dejado el país con casi 40 millones de hombres más que de mujeres.