EEUU | EN LA PLAYA DE WHITE CREST
Los bañistas de la playa de White Crest, en Massachusetts, miraban perplejos mientras un tiburón blanco de más de tres metros de longitud permanecía inerte sobre la arena. Sin dudarlo, los presentes decidieron aunar esfuerzos para salvar la vida del animal moribundo.
Comenzaron vertiendo agua sobre la piel del escualo para mantenerla húmeda. El tiburón no se movía. En una imprudente maniobra, los bañistas construyeron una pasarela de arena directa al mar. El marrajo debía pesar varias toneladas, así que decidieron atar una cuerda alrededor de su aleta caudal y tirar al tiempo.
Los medios locales recogen las celebraciones de muchos participantes al ver que la maniobra surtía efecto en un primer momento. Sin embargo, el diario británico Dailymail relata que, a pesar de todo el esfuerzo, el tiburón blanco no pudo sobrevivir.
La Policía de Well Fleet se ha apresurado a decir que la actuación de la ciudadanía fue realmente peligrosa, pero los movimientos del animal demostraban que el tiburón blanco debía estar gravemente enfermo.