Más de 57.000 niños han cruzado la frontera desde octubre
Parten con el sueño de vivir en mejores condiciones. Muchos menores centroamericanos consiguen llegar solos a Estados Unidos aunque son devueltos a su país de origen.
Mercedes es guatemalteca y vive en España, pero conoce las causas que llevan a esa emigración: "Son niños que van a ser explotados en trabajos en los que son prácticamente esclavizados. Algunos trabajan un día entero por apenas un euro".
Esclavitud laboral y también sexual en el caso de las niñas, que sufren constantes abusos y violaciones. Los menores son amenazados de muerte si no se unen a grupos armados ligados al narcotráfico y la extorsión, las llamadas maras. Eduardo Martín, salesiano que lleva 20 años en Honduras, asegura que a partir de los 14 años ya no se puede hacer nada. Él trabaja en prevención con niños de 6 y 7 años para intentar que sean escolarizados.
Familias desestructuradas, desigualdades sociales, autoridades corruptas e índices de criminalidad de 15 asesinatos diarios, les hacen emprender un viaje que conlleva multitud de riesgos. María Jesús Vega, portavoz de ACNUR España, cuenta que por el camino estos menores son víctimas de secuestros por parte de redes de narcotráfico o tráfico de personas y pasan a ser una mercancía más. No se vuelve a saber nada de ellos.
Desde las organizaciones se pide protección a los menores para que no sean víctimas de la explotación o la violencia. Una responsabilidad tanto de países receptores como de los de origen.