TRAS UN AÑO DEL TERREMOTO
Nadie en Nepal ha olvidado el pánico ante sacudidas tan fuertes como las que sufrió el año pasado, un terremoto de magnitud 7,8 que dejó al país en ruinas y hoy, aunque con menos escombros en las calles, la precariedad es aún mayor.
En muchas aldeas del país son las propias familias las que están intentando reconstruir sus casas con las manos. Uno de ellos explica que nadie les ayuda, aunque el Gobierno les dijo que les iba a dar 200.000 rupias, pero siguen esperando.
Casi un millón de familias continúan sin hogar y cientos de monumentos históricos están destrozados. La reconstrucción está paralizada por la inestabilidad política.
Las ONGs temen los efectos del monzón, cuyas fechas están próximas. Sergio García, de Cruz Roja, explica desde Nepal que en unos días "volverán las lluvias" y, aunque "es cierto que esta vez las familias están un poco mejor preparadas", viven en alojamientos temporales con chapas de metal.
Aunque el Everest volvió a abrir sus rutas, el turismo no remonta y la economía laguidece. Una año después, Nepal sigue atrapado entre sus ruinas.