Reino Unido
Carlos ha recibido una espada, un cetro y la corona que llevó María I de Escocia en el 1543 en una ceremonia en la que también se han escuchado cánticos antimonárquicos.
Este miércoles, ha tenido lugar la segunda coronación del rey Carlos III y la reina consorte Camila, esta vez en la catedral de Saint Giles de Edimburgo, Escocia. Una simbólica ceremonia que ha contado con un gran desfile y en la que los monarcas han recibido los 'Honores de Escocia' y las protestas de algunos grupos antimonárquicos en las inmediaciones.
El acto se ha celebrado dos meses después de la coronación del sucesor de Isabel IIen Londres y a él ha asistido el principal heredero al trono, el príncipe Guillermo, junto con su mujer. No ha sido el caso del hijo menor del nuevo monarca, el príncipe Enrique, que vive enEstados Unidos alejado de las obligaciones de la familia real.
Al igual que en la coronación en la abadía de Westminster, a la catedral de Saint Giles han asistido algunos representantes políticos, entre ellos el ministro principal escocés, Humza Yousaf, que se ha encargado de una de las lecturas en la misa.
Durante el acto, Carlos ha recibido los conocidos como 'Honores de Escocia': una espada, un cetro y la corona que llevó María I de Escocia en el 1543, que fueron llevados por un Rolls Royce negro escoltado por la Compañía Real de Arqueros.
Esta ceremonia, que ha concluido con 21 cañonazos, fue retomada por Isabel II, junto a Felipe de Edimburgo, para acercar a la familia real a Escocia.
En las inmediaciones de la catedral y en las calles de Edimburgo se han concentrado miles de personas para seguir en primera persona los actos, aunque también se han escuchado protestas por parte de grupos antimonárquicos que portaban pancartas con el lema 'No es mi rey' y '¡Qué despilfarro de dinero!'.
Estas protestas Escocia, que en la actualidad está gobernada por una formación independentista, es el lugar donde la reina Isabel II falleció hace ya 10 meses, tras un reinado de más de siete décadas.