MICHELLE OBAMA LA GRAN AUSENTE
Carla Bruni había recibido primero para almorzar a las esposas de los líderes del G8 en la Villa Strassburger, una lujosa propiedad de la exclusiva localidad de Deauville en la costa de Normandía. Un amplio vestido blanco permitió aprecia con claridad el embarazo de la cantante y ex modelo franco-italiana mientras saludaba a las otras primeras damas en las escalinatas de la Villa Strassburger.
Tras el almuerzo, todas las que asistieron -la mujer del presidente estadounidense, Barack Obama, Michelle, no estaba allí- se sentaron en torno a una mesa para hablar del problema del analfabetismo, una cuestión en la que se centra la actividad de la fundación creada por Bruni-Sarkozy en abril de 2009.
Las esposas de los dirigentes, que también asistirán con sus maridos a la recepción que el presidente francés ofrece al final de las sesiones de trabajo de la tarde justo antes de la cena, volverán a reunirse mañana en el almuerzo con el que terminará la cumbre.
Esa comida contará también con la presencia de las mujeres de jefes de Estado y de gobierno de los países africanos que están asociados al G-8. Y estará dedicada en particular a la lucha contra la transmisión del sida a través de las madres a sus hijos.
El marido de la canciller alemana, Angela Merkel, el único hombre de los consortes, no se ha desplazado hasta Deauville con su esposa.