EL MÁS VIGILADO, FILLON
Los cinco principales candidatos a la Presidencia de Francia juegan sus últimas bazas electorales blindados por fuertes medidas de seguridad, que han sido reforzadas tras el plan de atentado desmantelado el martes en Marsella.
A cuatro días de que se celebre la primera vuelta de los comicios, la más disputada que se recuerda, el socioliberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen, el conservador François Fillon y el neocomunista Jean-Luc Mélenchon están en una horquilla de entre cuatro y cinco puntos, según las encuestas, que dejan fuera de la pugna al aspirante socialista, [[LINK:EXTERNO|||www.antena3.com/temas/benoit_hamon-1|||Benoît Hamon]].
En una campaña salpicada por las investigaciones judiciales por malversación de fondos públicos a Fillon y a Le Pen, el tramo final de la misma se ha visto influido por el temor a que se produzca un nuevo atentado yihadista en Francia, donde han muerto 238 personas en los dos últimos años.
Desde que las fuerzas de seguridad desmantelasen un ataque yihadista "inminente" en Marsella (sureste de Francia) con la detención de dos sospechosos, se ha redoblado el control de los cuatro principales candidatos.
El más vigilado es Fillon, a quien la unidad de lucha contra el terrorismo sitúa en un nivel 2 de una escala de 4, seguido de Le Pen (3) y de Macron y Mélenchon (4). El aspirante conservador ha pasado de tener diez a doce policías ocupados de su seguridad. El mitin de Le Pen en Marsella -uno de los feudos de su partido, el Frente Nacional (FN)- estuvo especialmente blindado, sobre todo porque, como es habitual en sus actos, se celebró una manifestación en las proximidades contra la candidata de ultraderecha.
Según 'Franceinfo', la sala donde la aspirante dio su mitin, con capacidad para 8.000 personas, estuvo vigilada por 300 policías y gendarmes, incluidos agentes de paisano y tiradores de elite. La intervención de Le Pen, centrada en la seguridad, estuvo precedida por la de su sobrina y diputada del FN, Marion Maréchal Le Pen, quien atacó las políticas laxas de la izquierda frente al islamismo.
Aunque los últimos sondeos le otorgan un exiguo 8,5%, Hamon -acompañado por la histórica socialista Martine Aubry y el prestigioso economista Thomas Piketty- atrajo a miles de seguidores en la parisina Plaza de la República, donde los organizadores aseguraron haber reunido a 20.000 personas.
La seguridad también se reforzó allí: se cerró la concurrida estación de République y se montó una barrera policial en la que los agentes registraban mochilas, bolsos y chaquetas. Algunos asistentes al mitin minimizaron estos controles extraordinarios. "Es como durante todos los controles, se mira rápidamente, así que tampoco me siento mucho más segura", dijo una de las seguidoras de Hamon. Macron, al que los sondeos clasifican para la segunda vuelta del 7 de mayo, en la que se mediría a Le Pen, celebró un mitin en Nantes (oeste) al que asistió el ministro francés de Defensa, el socialista Jean-Yves Le Drian, en señal de apoyo.
En su discurso, se refirió a la amenaza de los terroristas y denunció que éstos quieran sembrar la "discordia" en Francia. Otro de los favoritos, el conservador François Fillon, intentó dar muestra de unión en la familia de la derecha y se fotografió con su antiguo rival en las primarias, el alcalde de Burdeos Alain Juppé, para cerrar viejas rencillas.
"Doy de nuevo mi apoyo a Fillon (...) Soy alguien fiel a mi familia. Quiero evitar un segundo turno de pesadilla: Le Pen-Mélenchon", dijo a los periodistas el exprimer ministro Juppé, quien opinó, además, que Macron "no ha sabido" mostrar talla como para ser presidente de Francia. Por su parte, Mélenchon, el candidato más a las izquierda, aludió en su acto a temas de seguridad y refrendó su proyecto de abandonar la OTAN si es elegido presidente