china
Un campesino chino halló un artefacto enterrado en el suelo y, creyendo que se trataba de un jueguete, se lo regaló a su nieto sin saber que era un obús y podía detonar en cualquier momento.
Fue un vecino quien vio al menor con el proyectil y alertó a la Policía. Los agentes de seguridad y peritos, según recoge el Daily Mail, acordonaron la zona y netralizaron el objetivo.
Según explican los peritos se trataba de un proyectil de mortero que se remonta a los años previos a la revolución china de 1949.