Homicidio
En Italia, un hombre de 43 años ha ingresado en prisión por presuntamente haber asesinado a su esposa y haberlo ocultado durante meses.
Igor Sollai, un camionero italiano de 43 años está en prisión por presuntamente matar a su esposa Francesca Deidda, de 42 años con la que llevaba 10 años casado. Además, se le acusa de haber utilizado su móvil para fingir que estaba viva.
La última vez que vieron a Francesca fue en mayo de este mismo año. El 30 de mayo, un compañero de trabajo y su hermano notificaron la desaparición en Cagliari, en el sur de Cerdeña (Italia). Al parecer, comenzó a enviar mensajes con su móvil comunicando a sus amigos y familiares que necesitaba un tiempo fuera. El motivo que ofrecía era la ruptura de su relación. A pesar de la insistencia de sus allegados, ella se negó a hablar con nadie por teléfono. Además, el centro de llamadas en el que trabajaba también recibió su renuncia a través de un correo electrónico.
Los investigadores creen que estos mensajes y correos electrónicos fueron escritos por su esposo, Igor Sollai, momentos después de matar a su esposa. Además, creen que escondió su cuerpo, pero decidió usar el móvil para cubrir el crimen y fingir que todavía estaba viva.
Fuentes cercanas a la víctima decidieron poner a prueba a quien estaba detrás del móvil de Francesca. Un amigo le escribió que otro compañero del centro de llamadas, cuyo nombre se inventó, también había dimitido. El móvil de Francesca respondió: "Lo siento". Ahora el amigo dice que evidentemente no se trataba de Francesca, porque ella habría sabido que esa persona no trabajaba allí.
Según medios locales, a pesar de que no hay rastro del teléfono ni del cuerpo de Francesca, todo apunta a que fue su pareja. La policía descartó rápidamente que Francesca se suicidara o que se fuese voluntaria. Además, según Igor, su esposa quería un tiempo aparte para "reflexionar".
Cuando la policía preguntó a Igor el por qué no denunció la desaparición de su esposa, dijo que era porque su hermano ya lo había hecho anteriormente. A esto se añade que, según los investigadores, dio varias declaraciones contradictorias, y que la evidencia indica que la pareja había pasado por una mala racha en su relación.
De momento, Igor mantiene su inocencia a pesar de haber sido arrestado por cargos de asesinato. Su abogado, Carlo Demurtas, dijo a los medios locales que no había pruebas de que se tratase de un homicidio, ni de que escribiera ningún mensaje desde el teléfono de Francesca. Aún así, el juez ha decidido mantenerlo bajo custodia mientras tratan de esclarecer lo ocurrido.
Además, la casa en la que vivía la pareja desde 2012, así como sus coches, han sido incautados por la policía.
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