CUBA
En un tramo de 200 metros de una calle de La Habana viven 12 parejas de mellizos o jimaguas, como se les llama en Cuba, de las que siete son gemelos idénticos: una coincidencia que los vecinos atribuyen lo mismo al azar que al agua que beben o a las "energías" de su barrio.
Las edades de estas parejas de hermanos van desde los tres hasta los 62 años. Aunque algunos en la zona intentan explicar la casualidad según factores genéticos, otros recuerdan que esas familias no están emparentadas y que, en definitiva, el asunto va más allá de los nacimientos.
Los vecinos de la calle 68-A, donde viven unas 200 personas, en el barrio habanero de Buena Vista tienen la teoría de que existe una especie de imán en sus vidas que atrae a los pares. Y es que, según explican, los mellizos no sólo nacen en esa calle, sino que van y vienen.
Sólo en los últimos años se mudaron allí al menos dos nuevas familias con hermanos idénticos. Xavier López, uno de los adolescentes jimaguas que vive en esa calle, revela que por "casualidad" anda de novio de una chica que es gemela.
Esta semana, el caso de la calle 68-A saltó a la fama en la isla cuando la televisión cubana le dedicó un reportaje, tras la insistencia de uno de los vecinos para que el asunto recibiera mayor atención.