Gas
Un grupo de investigadores está desarrollando una calefacción doméstica más barata y ecológica basada en la misma tecnología que las baterías térmicas.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) continúan buscando alternativas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos, especialmente del gas. Con este objetivo, Italia acaba de limitar el aire acondicionado y la calefacción en los edificios públicos.
Rusia es el mayor proveedor energético de la UE, por ello resulta especialmente complicado desvincularse de sus importaciones. Según cifras de la Comisión Europea, durante 2021 Moscú cubrió el 45% de la demanda de gas de todo el bloque comunitario. Además, con casi el 30%, Rusia también es el primer suministrador europeo de petróleo.
Calefacción de sal, una posible solución
El poder que tiene Rusia en los suministros energéticos europeos es evidente. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Eindhoven podrían haber dado con la clave para reducir el uso de dichos recursos. Los científicos han presentado una posible solución al dilema energético: calefacción de sal.
¿Qué es y cómo funciona?
La calefacción de gas funciona como un acumulador de calor a través de cristales de sal que absorben el agua. A medida que retienen el agua, van haciéndose más grandes y liberando más calor. De manera que se añade más calor, se va evaporando el agua, reduciendo así el tamaño de los cristales de sal.
Hay que tener en cuenta que no es efectivo con cualquier tipo de sal: los investigadores apuestan por el carbonato de potasio, soluble en agua y que suele utilizarse como fundente en la industria del vidrio. Un cristal de este tipo puede moldearse con facilidad, haciéndose más grande y más pequeño.
No obstante, para que el sistema funcione es necesario una fuente de calor en la fase inicial. En esta parte del proceso entrarían los excedentes térmicos de las industrias. Según las estimaciones de los científicos, este procedimiento permitiría prescindir del gas en casi 3,5 millones de hogares.
El prototipo que están desarrollando tiene una capacidad de almacenamiento de más de 200 kWh. Las primeras pruebas en hogares reales comenzarán a finales de este año. Se instalarán cuatro baterías de unos 70 kWh: dos en Eindhoven, una en Polonia y otra en Francia.