120 MILLONES DE PERSONAS EN MÁS DE 70 PAÍSES DEPENDEN DE LA INDUSTRIA
El café se cultiva en las zonas más pobres del mundo, pero también ayuda a sus habitantes a sobrevivir. No hay duda de que se trata de una de las bebidas más consumidas en el mundo. Datos recientes, han señalado que su consumo se duplicó en los últimos 20 años.
La producción de café en el futuro está en riesgo, según un estudio reciente del Instituto del Clima, un organismo australiano con sede en Sydney. La investigación plantea que para el año 2050 la mitad de las áreas cultivables no estará apta para continuar haciéndolo por el aumento de las temperaturas y la acción de hongos que afectan al vegetal. Pero será para el año 2080 cuando podría desaparecer por completo el cultivo de la planta de café.
Según informa un reciente estudio del Instituto de Climatología, el cambio climático reducirá a la mitad las áreas donde se pueda cultivar café. La disminución de la producción no sólo afectará a los amantes del café en todo el mundo, sino que también afectan a los que hacen de el su medio de vida. Alrededor de 120 millones de personas en más de 70 países que dependen de la industria.
Si el calentamiento global continúa con la tendencia actual, aproximadamente para dentro de 64 años podría desaparecer por completo el cultivo de la planta de café. Zonas de América Central y Colombia, donde la producción es una de las mayores en el planeta, ya se vieron afectadas recientemente por ese problema y por la aparición de hongos.
En primer lugar, la progresiva desaparición de zonas de cultivo, que empieza a ser una realidad. Esta situación es especialmente evidente en Tanzania, donde 2.4 millones de personas dependen del café para tener sustentos. Aquí a producción ha disminuido mucho: 137 kg de café por hectárea con cada aumento de 1 grado en la temperatura mínima. Un 50% desde 1960.
Y a ese problema hay que añadirle dos más, las temperaturas extremas y las escasas precipitaciones, que dificultan la producción y facilitan a la propagación de plagas. Con todo ello, muchos científicos aseguran que en Tanzania esta podría ser muy escasa en 2060. En Nicaragua, prácticamente inexistente.
Pero además de cómo afecta a la tierra, la cadena de consecuencias se extiende hasta los propios habitantes de esos lugares. Se trata de gente que vive con pocos recursos y cuyas tierras, en cierto modo, están siendo "invadidas" por las grandes compañías de café. Y eso no hace más que agravar la situación en términos morales y éticos.
Aunque aun queda mucho, desde Fairtrade ya han empezado a trabajar en proyectos para mejorar esta situación. Lo están haciendo junto a socios comerciales y agricultores de café en proyectos focalizados en el cambio climático.
Estos proyectos podrían prevenir los gases invernadero y dar soporte técnico y financiero a la adaptación y mitigación del cambio climático. Con todo ello el consumo de esta histórica bebida podría desaparecer.