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Ivor, un Staffordshire cachorro y sordo, ha sido abandonado cinco veces antes de cumplir un año porque, debido a su discapacidad, nadie quería cuidar de él. Para cuando llegó a la RSPCA, una organización benéfica británica para el bienestar de los animales, tenía graves problemas, pero el personal del centro le mostró amor suficiente como para aprender a confiar de nuevo.
"Hablo mucho con él, aunque no pueda oír ni una palabra"
En diciembre, encontró su nuevo hogar con Ellie Bromilow, quien ha estado enseñando a Ivor a superar su sordera y parece que se va a encargar de él definitivamente. Ella lo ha estado entrenando para expandir su repertorio de lenguaje de señas. Ya había aprendido el signo de comando para 'sentarse' y 'venir' del personal del centro de la RSPCA, pero ahora sabe muchos más, como que 'acostarse', 'quedarse', 'todo se ha ido' y está aprendiendo a 'darse la vuelta'.
"Tener un perro sordo es como tener un perro oyente. Todavía le hablamos mientras firmamos y hablo mucho con él, aunque no pueda oír ni una palabra", explica su dueña. Puede que no sea capaz de oír, pero los otros sentidos de Ivor están mucho más desarrollados, particularmente su sentido del olfato. Por eso, Ellie señala que los usa en los juegos para mantenerlo ocupado, como esconderle golosinas por toda la casa para que las encuentre.