TUVIERON QUE RETIRARLE LOS IMPLANTES
Shenise Farrell, una estudiante británica, se quedó temporalmente ciega después de una cirugía para cambiar el color de sus ojos.
La joven viajó a Panamá para someterse a una intervención que cambiara el color de su iris de marrón oscuro a marrón claro por 9.600 euros. La operación duró 20 minutos pero pronto Farrell se dio cuenta de que algo no había ido bien. El médico trató de tranquilizarla asegurando que había gente que tardaba dos semanas en recuperar completamente la vista. Cuando la joven volvió a Londres, apenas podía ver.
Al acudir con urgencia a un hospital, le dijeron que era necesario someterse a otra operación para retirar los implantes, con el riesgo de quedarse definitivamente ciega.
Por suerte, la cirugía se realizó con éxito y Farrell volvió a ver con normalidad dos meses después.