DOCE SEMANAS MÁS

El juez mantiene bajo custodia a Breivik pero permitirá que reciba visitas

El ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del pasado 22 de julio en Noruega, intentó hablar durante el juicio con los familiares de las víctimas y los supervivientes de la tragedia durante la vista pública celebrada en Oslo, pero el juez se lo impidió.

Anders Behring Breivik, el joven que el pasado mes de julio mató a 77 personas en un atentado en Oslo y un tiroteo en una isla cercana, deberá permanecer otras doce semanas bajo custodia a la espera de juicio, según ha decidido este lunes un juez de distrito, que sin embargo le permitirá que pueda recibir visitas y cartas bajo un estricto control.

Asimismo, el juez ante el que ha comparecido el joven le permitirá que a partir del próximo 12 de diciembre pueda tener acceso por primera vez a los medios de comunicación e incluso a internet. Breivik había permanecido bajo confinamiento en solitario desde el pasado 22 de julio y se le habían negado las visitas, la correspondencia y el acceso a periódicos y televisión.

En la vista de este lunes, Breivik ha admitido que fue él quien llevó a cabo la masacre del pasado 22 de julio en Oslo y en la isla noruega de Utoya, en la que murieron 77 personas, pero se ha negado a declararse culpable en su primera comparecencia pública ante un tribunal.

Breivik, que detonó una gran bomba de fabricación casera en la capital y luego mató a tiros a 69 personas en un campamento de verano del gobernante Partido Laborista en la isla, ha dicho que no reconoce la autoridad del tribunal para juzgar su caso.

"Soy un comandante militar del movimiento de resistencia noruego y de los Caballeros Templarios de Noruega. Respecto a la competencia (del tribunal), me opongo a ella porque ustedes han recibido su mandato de organizaciones que apoyan la ideología (y) porque respaldan el multiculturalismo", ha declarado. "Reconozco los hechos pero no me declaro culpable", ha añadido.

La matanza conmocionó a la sociedad noruega, caracterizada por su carácter abierto y pacífico, y desencadenó un debate público sobre la inmigración y la seguridad.

Junto al tribunal había un grupo de manifestantes que portaba una pancarta con la frase "Que no se dé un altavoz a los fascistas". Breivik pidió permiso para dedicar unas palabras a los supervivientes y a los familiares de las víctimas, pero el tribunal se lo denegó.

"Entiendo que las partes agraviadas están presentes, ¿puedo decirles algo?", ha preguntado, pero el juez ha declinado la petición y Breivik no ha insistido. Hoy se ha permitido la entrada de unas 120 personas en la sala, mientras que varios centenares se quedaron fuera de la misma y siguieron la comparecencia a través de una conexión por vídeo.

Esta es la primera vez que el asesino confeso, de 32 años, habla públicamente, aunque es su cuarta vista judicial. Como ya se esperaba, el tribunal ha decidido mantenerle en prisión, donde seguramente permanecerá hasta que comience el juicio, posiblemente en la primera mitad de 2012.

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