Guerra Rusia Ucrania
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores ha acusado a Moscú de "atrapar" a cientos de miles de civiles en Mariúpol cortándoles el agua y la calefacción.
Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, ha anunciado este lunes desde Macedonia del Norte, primero destino de su viaje por los países bálticos, un cuarto paquete de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania que afectará a más bancos de dicho país, así como a instituciones financieras, empresas dedicadas a las criptomonedas, oligarcas y compañías energéticas y productoras de acero.
Borrell ha tachado de "agresión bárbara" la "guerra de Putin" en Ucrania y ha acusado a Rusia de cortar el agua y la calefacción a cientos de miles de personas en Mariúpol, donde las bajas civiles ascienden ya -ha dicho- a más de 2.200. "Los habitantes de Mariúpol están deshidratados, sin comida y con temperaturas bajo cero por la noche, atrapados entre bombardeos".
"Putin está atacando a civiles, a escuelas y hospitales", ha denunciado, indicando que la guerra ha dejado ya más de 2,7 millones de refugiados, una cifra "que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial".
La "locura" de la guerra
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores ha lamentado, asimismo, la muerte del periodista estadounidense Brent Renaud mientras trabajaba en Ucrania "para informar sobre la locura de esta guerra".
Una guerra -ha dicho Borrell- que no solo afecta a Ucrania, sino al derecho internacional y a todos los ciudadanos del mundo por las consecuencias políticas y económicas del conflicto, ha señalado.
Evitar que el conflicto se extienda a otros países
El diplomático europeo ha asegurado, además, que desde la UE están haciendo todo lo posible por apoyar a la resistencia ucraniana con equipos militares, pero evitando que el conflicto se extienda a otros países.
Josep Borrell ha aclarado que desde la Unión Europea estarían tratando de evitar una confrontación nuclear con Rusia, aunque el exministro de Asuntos Exteriores de España ha recocido que las sanciones de la comunidad internacional no detienen la guerra, pero sí admite que las medidas coercitivas debilitarán la economía rusa.