OPOSICIÓN Y GOBIERNO INTERNACIONALES CRÍTICOS ANTE ELLA
El asesinato del líder opositor, Borís Nemtsov, a escasos metros del Kremlin ha hecho recordar otras muertes en extrañas circunstancias. Uno de los más relevantes es el de la periodista Ana Politkovskaya tiroteada en el ascensor de su casa de Moscú.
Esta joven era conocida por sus libros críticos con Vladimir Putin y con su actuación durante el conflicto checheno. Los autores de su muerte han sido encarcelados, pero no se sabe quién la encargó.
Un caso sobre el que tenía información Alexander Litvinenko. Fue espía del antiguo KGB y murió también en 2006, envenenado con polonio. Se lo echaron en una taza de té en Londres. Uno de los sospechosos es hoy diputado en la duma, la cámara baja del parlamento ruso. El caso aún se está juzgando.
Litvinenko escribió sobre Putin, y recibió la ayuda del empresario Boris Berezovski que apareció muerto en su casa, en un aparente suicidio. Se había refugiado en el Reino Unido, porque aunque impulsó a Putin hacia el Kremlin, después le acusó de autoritario y se convirtió en uno de sus mayores críticos.
Este era el último caso sospechoso hasta el asesinato de Borís Nemtsov.