Coronavirus
Dirigentes mundiales como Donald Trump o Jail Bolsonaro minimizaron la gravedad del impacto del coronavirus pese a los consejos de los científicos. Muchos se resistieron a implantar acciones más severas en la sus sociedades para frenar el avance del COVID-19.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, por ejemplo, llegó a afirmar que el coronavirus terminaría con el calor primaveral, mientras que Jail Bolsonero, líder de Brasil, dijo que esto no era más que una gripe sin importancia que no haría daño a los brasileños, antes de endurecer su discurso ante la evidencia.
Johnson: de quitarle importancia a ser hospitalizado
Dirigentes como Boris Johnson, en el Reino Unido, y Andrés Manuel López Obrador, en México, también fueron noticia por sus bandazos a la hora de afrontar la crisis, si bien no negaron tan rotundamente su gravedad.
A principios de marzo, el primer ministro de Reino prefirió evitar medidas drásticas con una estrategia que consistía en dejar que la población se fuera inmunizando poco a poco a través de contagios controlados. Sin embargo, un mes después el propio Boris Johnson está hospitalizado y el Reino Unido confinado.
Del mismo modo, el presidente de México, López Obrador, tampoco midió bien el impacto de la catástrofe y se pasó el mes de marzo entre abrazos y estampas religiosas, animando a sus ciudadanos a que salieran a la calle... el martes pasado, sin embargo, su país declaró definitivamente la emergencia sanitaria.
"¿Tú has visto volar al coronavirus por aquí?"
El presidente bielorruso Aleksander Lukashenko, por ejemplo sigue creyendo que el coronavirus es una enfermedad que se combate practicando hockey sobre hielo, yendo a la sauna y bebiendo vodka: "¿Tú has visto volar al coronavirus por aquí?", llegó a afirmar.
El Gobierno de Turkmenistán, según medios independientes, oculta la pandemia y detiene a quien hable de la crisis en público o lleve mascarilla. El país hace frontera con Irán, uno de los países más azotados por la pandemia.