Reino Unido
La Policía británica multará al primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, por hacer fiestas ilegales en Downing Street mientras confinaba a todo el país por la COVID-19. El ministro de Finanzas también será sancionado.
El escándalo conocido como 'Partygate' lleva retumbando intensamente durante meses en el interior de Downing Street. Todo a causa de las fiestas que su inquilino, el primer ministro británico Boris Johnsnon, realizó en los peores momentos de la pandemia. Este martes, se ha conocido que el 'premier' británico será multado después de que la Policía abriera una investigación por, al menos, doce fiestas realizadas.
Johnson se negó repetidamente a reconocer que participó en dichas fiestas, hasta que la fuerte presión mediática, y la publicación de fotografías que evidenciaban su presencia en aquellos sucesos, le obligaron a admitir que se había saltado el confinamiento impuesto por él mismo en todo el país. No será el único en ser sancionado, dado que su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, también habrá de pagar una multa.
Ha sido un portavoz del Gobierno británico el encargado de dar la noticia, puesto que la Policía Metropolitana de Londres ya ha comunicado su intención de sancionar al 'premier' y al ministro Sunak, aunque, por ahora, no se sabe el alcance de la sanción que les sea interpuesta. No obstante, el retorno de la bronca política por esta cuestión está más que asegurado.
Disidentes dentro del Partido Conservador
No fueron ni uno ni dos ni tres los diputados conservadores que pidieron públicamente la dimisión de Boris Johnson después de que todos estos sucesos salieran a la luz. Casi una decena de diputados del Partido Conservador llegaron a pedir por escrito que Johnson asumiera sus responsabilidades y dimitiera de su cargo, pero él se ha negado rotundamente a hacerlo.
El líder del Partido Laborista, y principal jefe de la oposición, Keir Starmer, ya ha pedido públicamente que tanto Johnson como su ministro de Finanzas dimitan de sus cargos, aunque estos todavía no han hecho declaración alguna por las multas que les serán impuestas, y no parece que haya una alternativa para desalojar a Johnson de Downing Street, dado que los conservadores tienen mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes.
La oposición laborista podría presentar una moción de censura con sus 199 diputados, pero necesitarían el apoyo de todos los diputados restantes del hemiciclo y la deserción de 33 diputados conservadores para lograr una mayoría que permitiera hacer caer a Johnson. Se desconoce cuál será el resultado político de esta sanción, pero, por ahora, todas las miradas vuelven a estar puestas en Downing Street, y muy especialmente, en Boris Johnson.
Johnson pide disculpas pero no renuncia
Por su parte, Johnson ha pedido perdón por el escándalo de las fiestas en Downing Street, pero ha remarcado que no contempla dimitir como le ha exigido en varias ocasiones la oposición británica: "Con toda sinceridad, en aquel momento no pensé que podía ser una ruptura de las normas. Quiero poder continuar con el mandato que tengo y abordar los problemas que afronta el país, asegurarme de que cumplimos con lo que espera la gente de este país. Esa es mi prioridad", ha remarcado el premier.