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Boris Johnson insiste en que no va a dimitir por el escándalo de las fiestas durante el confinamiento

Al menos 20 diputados conservadores planean apoyar una moción de censura en su contra.

Boris Johnson, el primer ministro de Reino Unido, ha insistido en que no va a dimitir por el escándalo de las fiestas en Downing Street durante el confinamiento y ha pedido a los parlamentarios esperar los resultados de la investigación independiente en curso.

En una sesión de control en la Cámara de los Comunes, muy tensa, la diputada liberal demócrata Wendy Charmberlain le ha preguntado si "le ha llegado la hora de dimitir" a lo que Boris Johnson ha respondido con un tajante "no".

El primer ministro no solo se ha visto acorralado por la oposición durante la sesión, sino que algunos miembros de su propio partido también le han pedido que dimita. "En nombre de Dios, vete", le espetó el diputado David Davis desde su propia bancada.

El primer ministro ha indicado que ya se ha "disculpado sinceramente" por "cualquier error cometido" y ha pedido a los parlamentarios esperar a las conclusiones de la investigación que lleva a cabo Sue Gray, la alto cargo del Servicio Civil británico que está investigando el escándalo del 'Partygate', que llegarán la próxima semana, según ha trasladado.

Posible moción de censura

Johnson podría tener que someterse a una moción de censura. Las reglas del Partido Conservador estipulan que puede activarse este mecanismo si el 15% de los parlamentarios 'tories' así lo quieren.

Si se acuerda una moción de censura, Johnson tendría que obtener el apoyo de al menos la mitad de sus diputados, 180, para permanecer al frente del Ejecutivo.

Se sabe que un grupo de 20 diputados -el "grupo del pastel de cerdo", en honor a la comida tradicional de la circunscripción de una de las diputadas involucradas- ha mantenido reuniones secretas y ha recogido firmas para pedir la moción de censura contra su líder.

A pesar de haberse disculpado y de asegurar que pensaba que se trataba de reuniones de trabajo, la posición de Johnson es cada vez más débil.

Destaca en particular el malestar de los nuevos diputados que obtuvieron escaños en 2019 en circunscripciones del norte de Inglaterra, tradicionalmente en manos de la oposición Laborista, según señala 'Daily Telegraph'.

Es el caso del diputado conservador británico Christian Wakeford, que se ha pasado este miércoles al Partido Laborista por estar en desacuerdo con la gestión de Johnson.

No se descarta que el enfado en las filas conservadoras se traduzca en un proceso para destituir a Johnson como líder.

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