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Boris Johnson defiende su gestión de la pandemia tras las acusaciones de su exasesor

El primer ministro británico, Boris Johnson, asegura que ha actuado según los datos científicos, pero su exasesor se compromete a aportar pruebas de todas sus acusaciones.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha negado todas las acusaciones que vertió ayer su exasesor, Dominic Cummings. El que fuera principal consejero de Johnson acusó al dirigente y a su Gobierno de una nefasta gestión de la pandemia y que provocó "muertes innecesarias".

En declaraciones a los medios, el primer ministro británico se ha defendido frente a los comentarios del que fue su mano derecha. Ha explicado que tanto el Gobierno como él hicieron "todo lo posible" desde el inicio de la pandemia por "salvar vidas y evitar que el sistema de salud colapsara". Algo que ha negado en rotundo Dominic Cummings. Además, también ha contestado sobre el hecho de que el ex sesor crea que Boris Johnson no está capacitado para gobernar. "Algunos de los comentarios que he escuchado no guardan relación con la realidad", se ha defendido.

Por otra parte, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha asegurado en una comparecencia urgente en la Cámara de los Comunes que todas estas "graves acusaciones no son ciertas" y que tampoco es cierto que que haya mentido a nadie, tal y como Cummings aseguraba del propio ministro. "He sido directo con la gente en público y en privado a lo largo de esta crisis" y que cree que la actitud del Gobierno "ha sido franca, transparente y explicativa".

Cummings dice tener pruebas

Sin embargo, el exgurú del primer ministro británico se ha comprometido a aportar las pruebas necesarias para corroborar sus declaraciones. Tiene previsto entregarlas ante la misma Cámara donde hizo las acusaciones y asegura que "les pondrá en un compromiso".

Hace aproximadamente un mes se filtró la posibilidad de que Dominic Cummings estaba planeando culpar a Boris Johnson por la que considera "fallida" estrategia contra el coronavirus en el país. El Reino Unido supera las 127 mil muertes desde que comenzó la pandemia, lo que lo convierte en el país europeo con más muertes por COVID-19. Y Cummings asegura "haber escuchado personalmente a Johnson decir que prefería ver cuerpos apilados, que imponer más confinamientos".