EN YOSEMITE, ESTADOS UNIDOS
Los más de 800 bomberos que luchan desde hace una semana contra el incendio forestal de la franja Oeste del Parque Nacional de Yosemite (EE.UU.) han logrado este viernes grandes avances y se ha reducido la amenaza de que el fuego se extendiese a una zona de secuoyas gigantes.
Según datos facilitados por los servicios de información del parque, más de la mitad del incendio se encuentra ya contenido por los bomberos y las últimas personas que todavía permanecían desalojadas -medio centenar de vecinos de la villa de Foresta- podrían regresar este viernes mismo a sus casas.
El fuego ha arrasado hasta ahora un total de 1.700 hectáreas (4.200 acres) mayoritariamente de zonas de bosque y matorrales extremadamente secas, aunque también ha quemado dos casas en la villa de Foresta. La carretera 120, uno de los principales accesos al icónico valle de Yosemite, que había permanecido cerrada durante varios días a causa de las llamas, se ha reabierto al tráfico.
"Una combinación de factores ha tranquilizado toda la zona. Contemplamos con mucha esperanza cómo las partes más calientes del incendio se están empezando a enfriar", indicó la portavoz de Yosemite Kari Cobb. El incendio se originó por causas todavía desconocidas el pasado sábado en la zona conocida como Old El Portal.
La intensa sequía que vive el estado de California (donde se encuentra el Parque Nacional de Yosemite), unida a las insólitas altas temperaturas, es la responsable de un año especialmente malo en cuanto a incendios forestales en la región y en todo el Oeste de Estados Unidos.
Según el Departamento de Protección Forestal de California, desde principios de año y hasta el 19 de julio se habían producido 3.400 incendios de vegetación que habían quemado 20.600 hectáreas, muy por encima de los 2.500 incendios y 12.100 hectáreas quemadas de un año habitual.