Los tesoros escondidos del Apolo 11
Una huella y una frase (Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad) parecían resumir hasta ahora la misión del Apolo 11. El 20 de julio de 1969 Neil Armstrong fue el primer hombre en poner un pie en la Luna y caminar sobre su superficie.
Desde entonces y hasta su muerte el astronauta contó mil y un detalles de esa mítica misión. Pero hubo uno que guardó celosamente. Ha sido su viuda que, por casualidad, ha descubierto el secreto en un armario. Una bolsa blanca. Es un contenedor especial que servía de almacén temporal durante el lanzamiento para guardar objetos que no había tiempo de colocar.
Entre los objetos encontrados figura la cámara con la que Armstrong grabó desde una ventana del Apolo, el descenso a la luna y con la que también registró sus primeros pasos por la superficie lunar.
Si Neil Armstrong no hubiese recuperado la bolsa, esos objetos se habrían perdido en el espacio. Allí también guardaba un cinturón; lo usaba para dormir en el módulo lunar y no ser arrastrado por la gravedad. Casi medio siglo después, la viuda del astronauta Neil Armstrong ha querido donar estos objetos con historia.