HA OCURRIDO EN AUSTRALIA
Leighton ha cumplido ocho meses con la fuerza de un luchador. Este bebé de padres residentes en Perth (Australia) nació de forma prematura y con solo 23 semanas y 760 gramos llegó a este mundo para aferrarse a la vida.
Su pronóstico no era nada alentador y su madre reconoce a Seven News que estaba "aterrorizada" por la duda sobre su superviviencia. Los médicos decidieron como medida desesperada para intentar salvar la vida de Leighton meterlo en una bolsa de plástico llena de oxígeno, y finalmente dio resultado. Leighton no solo ha sobrevivido sino que se encuentra perfectamente.