TESTIMONIOS DE OPTIMISMO TRAS LA TRAGEDIA
El atentado de Boston le ha arrebatado su pie izquierdo, pero no su fuerza ni sus ganas de seguir adelante. Adrianne, una joven bailarina de 32 años, está siendo un ejemplo para las otras víctimas. Estaba viendo el maratón en el lugar donde explotó la segunda bomba junto a su marido, un capitán del ejército estadounidense que acababa de regresar de Afganistán. Fue él, el que le hizo un torniquete.
"Yo les gritaba a los bomberos: 'Por favor salven mi pie soy bailarina'", asegura. Y es que para Adrianne bailar es mucho más que una profesión, es su sostén para afrontar el día a día y no quiere dejar que nada ni nadie se lo arrebate: "Está siendo duro porque no me puedo levantar y bailar en este momento pero voy a volver a bailar e incluso voy a correr la maratón del año que viene"
Un bombero también es uno de los héroes de Boston. Fue uno de los primeros en atender a las víctimas y solo se separó de ellos para pedir un cinturón. con el que hacer un torniquete en la pierna a la niña a la que socorre. Su hermano de ocho años es uno de los fallecidos. Dice que ni quiere recompensas ni reconocimientos, solo un abrazo de la niña a la que salvó.