EL 60% DE LOS VOTANTES OPTA POR MANTENER EL SERVICIO MILITAR
La neutral Austria ha roto con la tendencia en Europa hacia la profesionalización del Ejército al decidir en referendo mantener el servicio militar obligatorio, aunque por razones alejadas a las políticas de defensa y más vinculadas con el temor a perder servicios comunitarios.
El 60% de los votantes ha decidido mantener el servicio militar en el referendo que se ha celebrado hoy en el país alpino, con un 59 % de las papeletas escrutadas. Ese resultado ya ha sido aceptado por todas las formaciones políticas. Todas las encuestas vaticinaban una victoria de la propuesta de mantener el servicio militar.
El referendo dividió a la coalición de Gobierno que forman socialdemócratas y conservadores, con los primeros abogando por un Ejército profesional y los segundo por mantener todo como hasta ahora. Austria, un país neutral desde 1955 y con uno de los presupuestos de defensa más bajos del mundo, menos de un 0,8% del PIB, se ha resistido así a la tendencia hacia un Ejército profesional, con el que cuentan ya 21 de los 27 socios de la Unión Europea (UE).
El antiguo canciller federal socialdemócrata Josef Kalina estimó que "la prestación social sustitutoria ha salvado al servicio militar" de ser abolido. En ese análisis coinciden todos los expertos, que ya avanzaron que la ciudadanía votaría por el servicio militar por el temor a que sin la prestación social sustitutoria faltase personal para atender ambulancias, primeros auxilios y la asistencia a ancianos con problemas de movilidad.
En Austria, los hombres deben pasar seis meses de servicio militar o nueve meses de prestación social sustitutoria al cumplir los 18 años. Los democristianos han sabido jugar esa carta argumentando que no existirían suficientes soldados para ayudar en casos de catástrofes naturales ni voluntarios suficientes para servicios asistenciales.
Los socialdemócratas han descrito el servicio militar como "ineficaz" para hacer frente a las amenazas a la seguridad en el siglo XXI, como el terrorismo y los "ciberataques", y un "robo de tiempo a los jóvenes". La derrota en el referendo es un revés para los socialdemócratas ante las elecciones parlamentarias de septiembre en un momento que lideran claramente las encuestas frente al conservador Partido Popular (ÖVP).