EN SÍDNEY
El consultor Gareth Clear, de 36 años, sufrió el pasado domingo quemaduras de tercer grado en su muslo que necesitará un injerto de piel mientras iba en bicicleta debido a que su iPhone estalló. Según explica, tras sufrir una caída "leve" en Sídney vio cómo salía humo del bolsillo trasero del pantalón y un "calor abrasador" tras el que sintió una descarga en toda su pierna y "olor a fósforo".
Cada año, la Comisión de la Competencia y el Consumidor de Australia recibe habitualmente alrededor de uno a dos informes de lesiones por baterías de teléfonos móviles, según The Sydney Morning Herald, por lo que la organización está investigando este incidente.
"El tamaño y la disminución de la delgadez de los dispositivos portátiles, junto con las expectativas de los consumidores sobre la vida de la batería son un reto para los fabricantes de baterías", explica el portavoz de la organización, y añade que "las baterías de litio son vulnerables a un impacto físico significativo, [que] puede dañar los separadores extremadamente delgados que mantienen los elementos de la batería de separación".
Por ello, se recomienda no guardar los teléfonos móviles en los bolsillos cuando las actividades de las personas impliquen que haya probabilidad de un impacto físico significativo.