señalan al Partido Laborista como ligero favorito
Las autoridades electorales australianas están a punto de comenzar el recuento de unas elecciones legislativas que podrían suponer la vuelta del laborismo al poder y el fin del Gobierno encabezado por el actual primer ministro, Scott Morrison, tras el polémico relevo del anterior jefe del Ejecutivo, Malcom Turnbull, en agosto de 2018.
Las últimas encuestas señalan al Partido Laborista como ligero favorito para hacerse con la victoria en los comicios legislativos, en los que podría alcanzar la mayoría absoluta de los escaños, expulsando así del poder a la coalición liderada por el Partido Liberal de Morrison.
"Creo que va a ser una larga noche", ha declarado Morrison tras depositar su papeleta en un colegio de Sídney. "Siempre he dicho que estas elecciones íbamos a terminar codo con codo. No voy a hacer ningún pronóstico, ni voy a dar por sentado el respaldo de nadie", ha añadido.
Se espera que los resultados comiencen a aparecer esta tarde-noche (en España), con cierto retraso dado el extraordinario número de votos anticipados recibido en los últimos días, 4,7 millones de papeletas. El sondeo publicado por Newspoll esta semana sitúa a los laboristas con 77 escaños, superando la mayoría absoluta en una cámara legislativa integrada por 151 parlamentarios, mientras que la coalición del primer ministro Morrison se quedaría con 68 diputados, un claro retroceso frente a los 76 conseguidos en los comicios de 2016.
En el seno de la actual coalición de gobierno, el Partido Liberal de Morrison se quedaría con 40 escaños, mientras el Partido Liberal Nacional sumaría 18 diputados y los Nacionales tendrían diez diputados en la Cámara de Representantes. El reparto se completa con tres parlamentarios independientes, uno de Alianza de Centro, uno de los Verdes y uno del KAP.
misma encuesta refleja, sin embargo, que el candidato laborista, Bill Shorten, cuenta con menos respaldo entre los encuestados (un 38 por ciento le apoyan) que el que consigue el primer ministro Morrison, apoyado por el 45 por ciento de los consultados.
A pesar de que el Partido Laborista ha estado por delante de la Coalición en la mayor parte de las encuestas de los últimos tres años, los analistas de 'The Guardian' advierten de que el resultado no está ni mucho menos cerrado, y no tendrá un carácter uniforme. En su lugar, esperan vuelcos electorales puntuales en determinadas partes del país.
Las elecciones son las primeras legislativas que celebra Australia desde el cese en agosto de 2018 del entonces primer ministro, Malcom Turnbull, en el marco de un proceso interno de cambio de liderazgo en el Partido Liberal.
Tras el cese de Turnbull, Morrison asumió el cargo de primer ministro como nuevo líder del Partido Liberal y su formación perdió posteriormente las elecciones para elegir al sucesor de Turnbull en la Cámara Baja australiana.
Las elecciones parlamentarias de este sábado incluyen también los comicios para elegir a 40 senadores. La participación en las citas electorales suele rondar en Australia porcentajes superiores al 90 por ciento de voto, en un país en el que el voto es obligatorio y se entiende como un deber ciudadano.
La legislación australiana establece que se deben celebrar elecciones legislativas cada tres años pero la facultad de convocar comicios recae en el jefe del Gobierno, por lo que ha sido bastante frecuente la convocatoria de elecciones anticipadas a lo largo de la historia democrática de Australia.