Coronavirus
Australia, que acumula desde el inicio de la pandemia unos 28.750 contagios, que incluyen a 909 fallecidos por coronavirus, ha logrado esta semana dejar a cero el contador de nuevos casos, pues no ha registrado ni un solo positivo por coronavirus en todo su territorio.
"Hoy tenemos seis días de siete con cero casos en Australia", aseguraba el ministro de Sanidad australiano, Greg Hunt, a la prensa en Melbourne. Pero, la pregunta que todo el mundo se hace es,¿cómo lo han conseguido?.
Estrictas medidas de contención del virus
Llegar a cero nuevos casos ha sido cuestión de adoptar estrictas medidas de aislamiento en zonas que presentaron un alto índice de casos, así como el cierre de fronteras, especialmente las internacionales, lo que ha permitido tener un control exitoso de la pandemia en el país.
El estado de Nueva Gales del Sur, el más poblado de Australia fue confinado a mediados de diciembre tras detectarse un brote en el norte de Sídney, lo que afectó a unos 250.000 habitantes durante al menos dos semanas.
Por otro lado, el estado de Victoria, con 5 millones de habitantes, también fue confinado a finales de julio por otro nuevo brote, afectando así a Melbourne y, una de las ciudades más importantes del país.
Con 2,8 millones de habitantes, Brisbane, en el estado de Queensland, es la tercera ciudad más poblada del país después de Sídney y Melbourne, pero las autoridades no dudaron en confinarla en el momento en el que se registraron varios casos.
Sin duda, Australia se ha convertido en un ejemplo de que el virus realmente se puede derrotar, pero de la misma forma, ha dejado una gran víctima: el turismo. Australia es un país que recibe cada año millones de turistas extranjeros , sin embargo, las fronteras internacionales, cerradas desde marzo pasado con ciertas excepciones, seguirán clausuradas probablemente hasta finales de año, aunque la mayoría de la población esté vacunada.
Actualmente, Australia solo tiene un acuerdo de viajes que permite a los habitantes de Nueva Zelanda entrar libremente desde octubre pasado, aunque a su regreso tienen que someterse a una cuarentena obligatoria de 14 días. Aún así, las autoridades han abierto un debate con sus asesores médicos, sobre la creación de una burbuja de viajes con el Pacífico.
De todas formas, el Gobierno australiano ha advertido a la población de que mientras la vacuna no se haya difundido suficientemente entre la población, las fronteras seguirán prácticamente cerradas.