Coronavirus

Australia no logra controlar el rebrote de Victoria y registra el mayor número de fallecidos en un día por coronavirus

Australia parecía haber controlado la pandemia del coronavirus, pero un rebrote en el estado de Victoria se agravó por el presunto incumplimiento de las medidas de cuarentena impuestas a los viajeros internacionales.

Australia registró el mayor número de fallecidos por coronavirus en un solo día desde el inicio de la pandemia, con 17 muertos en el estado de Victoria, donde se ha producido un rebrote del nuevo coronavirus en las últimas semanas.

Diez de las muertes se produjeron en residencias para ancianos, según el gobernador del estado, Daniel Andrews, y además se detectaron 394 casos de COVID-19 en Victoria, lo que eleva el total a 14.659, mientras que en todo el país se han producido 21.084 casos, de los cuales han fallecido 295, 210 de ellos en Victoria. Además, este domingo las autoridades del estado de Victoria han anunciado un paquete de ayudas de 59,7 dólares australianos (36, 2 millones de euros o 42,7 millones de dólares estadounidenses) destinados a servicios de salud mental.

Australia parecía haber controlado la pandemia, pero a principios de julio se produjo un rebrote en el estado de Victoria, centrado especialmente en su capital, Melbourne, que se agravó por el presunto incumplimiento de las medidas de cuarentena impuestas a los viajeros internacionales. Las autoridades del estado ordenaron el confinamiento de Melbourne el 9 de julio pasado durante seis semanas, pero al continuar las transmisiones locales se impuso un toque de queda desde el domingo pasado y se elevaron al nivel cuatro las restricciones que rigen desde el jueves hasta mediados de septiembre.

El confinamiento total implica el cierre de los negocios no esenciales como las tiendas minoristas y gimnasios, así como restricciones a las operaciones de sectores como la construcción o el procesamiento de carnes. Las medidas impuestas en Victoria, estado que supone un 23 por ciento de la economía nacional, "tendrán un coste muy significativo e impactarán en nuestro camino a la recuperación", dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison, a periodistas en Camberra el pasado jueves.

Se calcula que dicho coste ascenderá a al menos 10.000 millones de dólares australianos (6.062 millones de euros) y se cree que la tasa de desempleo se elevará de 9,25 al 10%, aunque la tasa efectiva podría rondar el 13%.

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