SE ALEJA EL PELIGRO DE FUSIÓN
El número de fallecidos por el terremoto y tsunami del día 11 en Japón aumentó hasta las 8.450 personas mientras otras 12.931 se encuentran desaparecidas, de acuerdo con los datos divulgados este domingo por la policía japonesa.
Nueve días después del seísmo de 9 grados en la costa nordeste de Japón, que causó el peor desastre natural tras la II Guerra Mundial, dos personas fueron encontradas con vida entre los escombros en la provincia de Miyagi, aunque las esperanzas de localizar más supervivientes disminuyen con el paso de las horas.
Los esfuerzos de asistencia se centran en procurar un techo a los supervivientes que han perdido sus casas, entre ellos unos 360.000 evacuados, que en su mayoría permanecen en 2.200 refugios habilitados por las autoridades.
El Gobierno ha anunciado que, una vez controlada, la planta de Fukushima no volverá nunca a operar. A la vez, el Ejecutivo ha reconocido que se han detectado niveles de yodo radiactivo por encima de lo permitido en leche de cuatro lugares de la provincia de Fukushima y en espinacas de la vecina provincia de Ibaraki.
Los productos no llegaron a comercializarse y, según el Gobierno, no hay riesgos para la salud. En la planta de Fukushima este domingo se han lanzado toneladas de agua para enfriar el reactor número 4 y se ha logrado conectar electricidad en la unidad 2, pero es el reactor 3, que almacena uranio y plutonio, el que causa una mayor preocupación.