UN DEUTSCHE BANK DEL DISTRITO RESIDENCIAL DE ZEHLENDORF
El atracador de una sucursal bancaria de Berlín se entregó, tras retener durante más de diez horas a un rehén dentro del edificio, que fue acordonado en un radio de 400 metros por un fuerte contingente policial. El asaltante se rindió tras una larga negociación con agentes y dejó salir a su rehén, un empleado del banco de unos 40 años, informaron fuentes de la policía.
El fin del secuestro se produjo mientras más de 300 agentes de la policía permanecían apostados en los alrededores del edificio del Deutsche Bank del barrio de Zehlendorf, en las afueras de Berlín. Los alrededores de la sucursal fueron acordonados poco después de recibir la policía el primer aviso del atraco.
A lo largo de las horas siguientes se originó un fuerte despliegue mediático en las inmediaciones de la sucursal, mientras se sucedían informaciones en distintos medios digitales y televisiones acerca de la situación. El diario "Berliner Morgenpost" fue el primero en difundir que el asaltante amenazaba con hacer volar una bomba, extremo nunca confirmado por la policía, mientras otros medios informaban de que una veintena de personas que se encontraban en la sucursal en el momento del asalto pudo huir por una puerta posterior del banco.
El único rehén que quedó en su interior fue un empleado bancario, el director de la sucursal, según ese rotativo, que identificaba al atracador como un hombre entre 20 y 30 años. Desde poco después de producirse el secuestro la policía empezó a negociar con el asaltante para lograr su rendición y, cuando ésta se produjo, informó únicamente de que el asaltante se había entregado y que el rehén se encontraba a salvo y sin haber sufrido heridas.
Tampoco se ha aclarado hasta ahora si efectivamente había exigido un millón de euros y garantías de poder huir a cambio de la liberación del rehén, como afirmó el popular diario "Bild". Las fuentes policiales habían calificado de "imprevisible" la situación, mientras reforzaban el cordón alrededor de la sucursal y se apostaban agentes especiales en distintos puntos de sus inmediaciones. Zehlendorf es un barrio residencial acomodado, situado casi en las afueras de la capital alemana y en las inmediaciones de la sucursal se encuentra un mercadillo navideño, que fue completamente evacuado tras conocerse la situación y que permanece acordonado por la policía