DENUNCIA LA ONG MÉDICOS PARA LOS DERECHOS HUMANOS
"Podemos afirmar, sin ninguna duda, que más del 90% de ataques que hemos documentado han sido perpetrados por las fuerzas del Gobierno sirio y por sus aliados rusos", declaró Elise Baker, quien coordina las investigaciones de esa organización sobre la situación en Siria.
En cinco años y medio de guerra han muerto 757 médicos y trabajadores sanitarios
Esos ataques fueron dirigidos contra 269 recintos médicos -algunos atacados varias veces- y corresponden al periodo transcurrido desde el inicio del conflicto, en abril de 2011, hasta el pasado junio, explicó la experta. Los últimos meses han sido trágicos para los establecimientos sanitarios en Siria, particularmente en la zona este de la ciudad de Alepo, donde los bombardeos han arreciado recientemente.
Baker sostuvo que también ciertos grupos armados opositores y los yihadistas de Daesh han atacado instalaciones médicas en estos años, pero, "aunque son igualmente aborrecibles, no pueden compararse con los ataques del Gobierno sirio contra su propio pueblo y sus estructuras sanitarias". La experta -quien previamente formuló estas denuncias ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reunido en Ginebra- dijo en una rueda de prensa que, al destruir hospitales y asesinar a su personal, "también se está matando a todos los pacientes que esos doctores y enfermeras podría haber atendido".
"Además, los profesionales sanitarios son testigos cruciales" de los horrores que se comenten en una guerra, agregó la representante de Médicos para los Derechos Humanos, que se dedica a recopilar y comprobar informaciones sobre violaciones del derecho a la salud en situaciones de conflicto.
Esta ONG, con 30 años de experiencia, fue la que expuso el uso de armas químicas contra civiles en Irak y realizó exhumaciones en fosas comunes en Bosnia y Ruanda para los tribunales especiales que investigaron los genocidios ocurridos en ambos lugares. La importancia del personal médico como testigo de las atrocidades cometidas "no tiene paralelo, razón por la cual asesinarlos, secuestrarlos y torturarlos es muy efectivo para eliminar sus testimonios", señaló Baker.
Su organización ha documentado en cinco años y medio de guerra la muerte de 757 médicos y trabajadores sanitarios sirios, "la vasta mayoría igualmente a manos del régimen sirio y de sus aliados". Tras recordar que un ataque premeditado contra un hospital es un crimen de guerra, Baker advirtió de que dejarlos impunes empuja a que estas situaciones se repitan en otros contextos de guerra, como en el Yemen, Sudán del Sur, Irak y la República Centroafricana.