ACUSADO POR AGRESIÓN SEXUAL

Assange pide que el Supremo británico vea su recurso contra su extradición

El fundador del portal WikiLeaks, Julian Assange, pide que el Tribunal Supremo británico, máxima instancia judicial del país, estudie su recurso contra su extradición a Suecia cuando se cumple esta semana un año de su detención en Londres.

La Fiscalía sueca acusa al fundador de WikiLeaks de tres delitos de agresión sexual y uno de violación tras la denuncia de dos mujeres, que aseguraron que los hechos ocurrieron en agosto de 2010, pero Assange dice que este proceso esconde razones políticas porque el portal reveló documentos confidenciales del Gobierno de EEUU.

Assange, quien el próximo miércoles habrá cumplido un año de su detención en Londres, acude hoy al Tribunal Superior de Londres para pedirle que le autorice a que el Supremo estudie su apelación por considerar que su caso plantea asuntos de interés público. En caso de que el Tribunal Superior le dé el visto bueno, el fundador de WikiLeaks podrá acudir entonces al Supremo para iniciar el proceso de apelación contra su entrega a Suecia. El pasado noviembre, dos jueces del Tribunal Superior rechazaron la apelación que había presentado Assange contra la decisión tomada en febrero por una instancia judicial inferior para que fuera entregado a Suecia.

El creador de WikiLeaks lleva meses viviendo en una mansión en medio de la campiña del este de Inglaterra, una de las medidas contempladas para que pudiera disfrutar de la libertad condicional. Con el dictamen del pasado noviembre, el Tribunal Superior rechazó el recurso de Assange contra la decisión del juez Howard Riddle, del tribunal de Belmarsh (sur de Londres), que había autorizado en diciembre de 2010 su entrega a Suecia. La defensa de Assange alega que su entrega sería "injusta e ilegítima" y opina que el proceso judicial está alentado desde Estados Unidos, el país más perjudicado por la publicación de los cables confidenciales a través del portal que fundó.

WikiLeaks ha revelado durante meses miles de documentos confidenciales de las embajadas de EEUU, publicados en varios periódicos, lo que provocó la reacción del Gobierno de ese país y también de muchos otros que se veían comprometidos por el contenido de los cables.

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